Dalí joyero. La faceta menos conocida del genio

Por Alicia Tristancho;

Todo el mundo conoce a Dalí por ser uno de los grandes artistas del surrealismo. Sus pinturas han recibido grandes reconocimientos y admiración a lo largo del tiempo. Sin embargo hay una faceta del artista que la mayoría de las personas  desconocen, se trata de su obra como joyero.

Dalí diseñó joyas impregnándolas con su inconfundible sello personal, basado en lo onírico y en el universo fantástico que caracteriza al surrealismo. Muchas de sus creaciones con las piedras preciosas plasmaron los mismos motivos que aparecían en algunos de sus cuadros, como es el caso de los relojes blandos o los teléfonos entre muchos otros. 
Sus diseños de joyería llegaron a cobrar mucha relevancia en la sociedad y fueron muchas las actrices y famosas de la época que quisieron lucir alguna alhaja de Dalí, tanto fue así que el artista tuvo que hacer algo muy novedoso para la época, pedir en el año 1950 un copyright para diez de sus joyas, este hecho fue muy innovador porque hasta la época esto se hacía sólo con películas, música o libros lo cual mostraba que sus joyas se calificaban como auténticas “obras de arte” como ocurría con sus cuadros.

Al igual que ocurre con su obra pictórica, sus diseños de orfebrería desconciertan a los espectadores, a Dalí le gustaba jugar con lo paradójico reflejando aquello que no se le había ocurrido antes a nadie por eso la mayoría de las joyas de Dalí no podían ser llevadas como adorno. Eran auténticas joyas móviles que reivindicaban el trabajo del joyero como creador por encima de todo y su función ornamental cobraba un papel secundario.

Las joyas se pueden admirar expuestas en el Teatre-Museau de Dalí en Figueras (Barcelona) junto a los bocetos que realizó  para su elaboración. Son sin duda una de las facetas menos conocidas del artista que destacó también en otros campos culturales como la escritura y en el mundo del cine donde colaboró con Luís Buñuel en la elaboración del guión de la película “Un perro Andaluz“.