Imaginemos por un momento que todos estamos en igualdad de condiciones en nuestra sociedad, que no se nos juzga ni clasifica por tener más o menos dinero. A muchos nos gustaría que esto funcionara así pero, de momento, no es una realidad. Sin embargo, buscando ejemplos de cómo algunos intentan innovar y ponen todos sus esfuerzos y sus energías en intentar cambiar nuestra sociedad a mejor, me he topado con la experiencia de quienes participan en alguno de los llamados “Bancos del Tiempo”. Un sistema donde los ciudadanos y la cooperación se convierten en el motor para el cambio social.
No se trata tanto de algo nuevo, puesto que esta idea surgió hace mucho, pero sí de una iniciativa que potencia la colaboración entre las personas por encima del individualismo, algo que sigue haciendo mucha falta todavía en el mundo.
Los Bancos del Tiempo se definen como un sistema de intercambio de servicios por servicios, basado en el trueque, algo así como una “cadena de favores”, aprovechando las habilidades de cada persona para ponerlas al servicio de los demás a cambio de recibir lo que le pueda faltar a cada una y que otra persona sabe hacer. Además, quienes participan en ellos tienen la ocasión de fomentar las relaciones sociales y, sobre todo, la igualdad entre diferentes estratos económicos, sin tener en cuenta el dinero que tenga cada uno, porque éste no es suficiente ni imprescindible para arreglar todos los problemas a los que nos tenemos que enfrentar día a día. A veces la respuesta está en las personas.
He tenido la oportunidad de conocer más de cerca esta iniciativa de la mano del Banco del Tiempo Aljarafe, creado por un grupo de amigos de la localidad sevillana de Gelves entre 2010 y 2011 y uno de los muchos que funcionan en toda España, según el mapa elaborado por la organización “Vivir sin empleo”.
Tere es la secretaria de la asociación sin ánimo de lucro que puso en marcha el Banco del Tiempo Aljarafe y una de los 205 usuarios registrados de 23 pueblos del Aljarafe sevillano con los que cuentan actualmente. Maestra jubilada, Tere ofrece en este Banco del Tiempo técnicas de estudio para alumnos de secundaria y demanda clases de inglés. Ofrece una hora de su trabajo a los alumnos que lo demandan y recibe una clase de inglés, que también dura una hora, de la mano de otra de las usuarias de este banco. “Vale lo mismo el tiempo de una persona que de otra”, explica, de forma que el trabajo que tú ofreces vale lo mismo que el que recibes de otra persona. Rosario es la presidenta de esta asociación independiente de cualquier administración y también de ideologías religiosas y políticas, aunque existen otros bancos gestionados por ayuntamientos, ONGs, universidades e incluso centros educativos.
En su caso, quieren destacar que para la creación de su Banco del Tiempo contaron con la ayuda de otro que ya existía: el Banco del Tiempo del “Ecolocal”, también de Sevilla, que les han cedido el software con el que gestionan toda la actividad de los usuarios y a través del cual te puedes registrar on-line para participar con lo que puedas ofrecer a los demás de tu tiempo y lo que necesitas de otras personas, en forma de trabajo o servicio que se mide por el tiempo que empleas en llevarlo a cabo. En este caso, de la administración del sistema se encarga Lidia.
A partir de la creación del Banco del Tiempo Aljarafe, este grupo de vecinos también participa en otros proyectos o iniciativas que nacieron tras la creación del banco, como es la Moneda Social del Aljarafe “Jara”, el Club de Lectura “Manantial de Letras”, actividades de senderismo, trueque…
Con todo esto, la idea que nació por la inquietud de hacer algo para “romper barreras con los vecinos, porque veíamos que se estaba perdiendo la vecindad de los pueblos”, ha dado lugar a conseguir varios objetivos:
“hemos conseguido conocernos entre nosotros, romper el aislamiento y también ayudarnos de forma gratuita entre todos”
Y como prueba de que los Bancos del Tiempo son un fenómeno que va en aumento y sigue consolidándose cada día en nuestro país, recientemente ha nacido la “Asociación para el desarrollo de los Bancos del Tiempo” (ADBDT), donde se puede encontrar toda la información y enlaces necesario para participar en alguno de los ya existentes o incluso para crear uno nuevo. ¿Qué hace falta? Principalmente, ganas de participar en algo positivo y la energía necesaria para empezar a cambiar las cosas desde el lugar y el momento en el que nos encontramos.
Para terminas, os dejo los cinco consejos de la ADBDT para la creación de un Banco del Tiempo.
Foto destacada obtenida de la galería en flickr de Belén Montilla.