Ya el dicho popular sabiamente nos advierte que la gente un poco pasada de copas y los niños nunca mienten… De los primeros pongo en duda su lucidez y acierto, pero a los niños tendremos que escucharles atentamente cuando nos avisan que nuestro planeta, su planeta futuro… tiene unos límites finitos y que nos estamos peligrosamente acercando a ellos. Si no le cuidamos, si no le mimamos nos lo vamos a “cargar”, antes de lo que pensamos.
No hace falta ir muy lejos para tomar conciencia de ese peligro real de colapso. Sólo como ejemplo, a principios de este año 2015 los medios de comunicación se hicieron eco de que la ciudad de Madrid alcanzó ya el 10 de enero – favorecido eso sí por unas determinadas condiciones climáticas – los límites de emisiones y contaminación ambiental que tenía previsto para todo el año!! Y los adultos no reaccionamos… algo tenemos que hacer.
La polución en Madrid alcanza límites alarmantes. Ayer sólo el medidor del Retiro tenía un nivel aceptable http://t.co/ZafDnfoWbl
— La Marea (@lamarea_com) octubre 31, 2014
Y si no sabemos reaccionar, escuchemos a los niños. Estos avisos toman sentido cuando son niños y niñas de todo el mundo quienes toman el mando de acciones concretas y efectivas que pretender parar, o al menos mitigar, el deterioro climático al que los adultos actuales estamos abocando al planeta Tierra que amenaza, en tan solo 35 años, colapsarle ambientalmente. ¿No deberíamos escucharles atentamente?
Se crea la Fundación Plant-for-the-Planet
En el año 2007 a un niño alemán de 9 años que vivía en Tutzing, un pequeño pueblo cerca de Múnich, le encargaron en su escuela que preparara un trabajo sobre el cambio climático en el mundo. Felix, que así se llama ese niño, hoy ya adolescente a punto de entrar en la Universidad, tomó tanta conciencia de ese desafío que decidió pasar a la acción y propuso que los niños y niñas debían plantar, antes del 2020, la “pequeña” cantidad de 1000 millones de árboles alrededor del mundo para combatir los efectos nocivos del cambio climático.
“Soñar en grande para cambiar el mundo”, así es como Felix planteó ese reto y, con ayuda de sus padres, activistas ambientales muy concienciados con esos límites planetarios, montó una Fundación que perseguía plantar todos esos árboles alrededor del mundo. ¡1000 millones de árboles! En perspectiva, su idea no fue tan descabellada si medios tan prestigiosos como la revista Reader’s Digest Europa ha escogido a Felix como Europeo del Año 2015.
Pero Felix y su Fundación, a la que consecuentemente llamó Plant-for-the-Planet, Plantar para el Planeta, no se limitaron a plantar árboles sino que, como niño, identificó la urgente necesidad de capacitar a otros niños y niñas como él como Embajadores por la Justicia Climática, quienes repartidos por todo el mundo trabajan coordinados en su objetivo de conseguir mejorar el mundo que, en 15 o 20 años vista, ellos van a liderar.
Felix y la Fundación idearon una exitosa campaña comunicacional para concienciar a los adultos con responsabilidades en la gestión de las emisiones o influencia sobre ellos para que, de una vez por todas dejaran de hablar y empezaran a plantar árboles, “Stop talking, Start planting”. El objetivo de la campaña es simple: fotografiarse con esas personalidades tapándoles la boca con su mano. El poder de los niños es tal que en poco tiempo habían ya involucrado a personalidades tan influyentes y conocidas como Kofi Annan, Al Gore o Gisele Bündchen o el propio rey de España Felipe VI o el Príncipe Alberto de Mónaco.
Estos “embajadores” se capacitan y acreditan como tales en unas actividades de educación ambiental que llamamos Academias en las que los niños y niñas no sólo toman conciencia de los principales retos relacionados con la justicia climática y la actual inequidad del reparto de emisiones de CO2, riqueza y población en el mundo, sino que aprenden también la importancia de hablar bien y defender sus ideas en público para conseguir contagiar y motivar a otros niños, adultos o medios de comunicación.
Y ya se sabe que los niños no mienten… y si los niños nos avisan de estos peligros reales les tendremos que hacer caso y apoyarles en sus acciones y campañas, para ellos será el planeta en el que vivimos y es genial que empiecen ya a tomar responsabilidades y conciencia de que son parte activa y principal de la solución a este tremendo desafío global que es el cambio climático.
Jordi Juanós, Coordinador Fundación Plant-for-the-Planet España
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