En un mundo cada vez más globalizado, donde todo influye y donde todos estamos interconectados, obviar la relación entre el sector público y el sector privado es negar que ambos mundos se necesitan para poder seguir desarrollando una sociedad con retos cada vez más complejos de resolver.
En los últimos tiempos cada vez se escucha más hablar de proyectos y alianzas entre lo público y lo privado, en definitiva acuerdos estratégicos para lograr la consecución de metas u objetivos. Estas metas u objetivos pueden ser diferentes sin que ello suponga ningún problema para los acuerdos establecidos. Gracias a estas alianzas, ambas partes cumplen sus objetivos, se establece una relación donde todas las partes salen beneficiadas, una relación “win to win”.
La sociedad actual exige, cada vez más, a todas las entidades que intervienen en el territorio que se relacionen desde una economía colaborativa donde se defiendan y preserven los Bienes Comunes. Para ello, el sector público exige a distintos sectores como el privado, tercer sector y ciudadanía en general establezcan una relación basada en la cooperación, colaboración, corresponsabilidad y compromiso de todas las partes.
Desde Alma Natura en los últimos años venimos desarrollando este tipo de alianzas público privadas, fundamentalmente alianzas que estén centradas en nuestro propósito como empresa B Corp, es decir proyectos que busquen “Impulsar oportunidades para fijar población en entornos rurales españoles”. Sin duda nos hemos convertido en ese “pegamento” entre lo público y lo privado creando una alianza triple donde todos aportamos lo mejor de nuestras organizaciones para resolver en este caso la despoblación que están sufriendo las zonas rurales.
Ventajas de las alianzas público-privadas
- El sector público dispone de infraestructuras y personal técnico por todo el territorio que facilitan la captación y participación en acciones concretas que se desarrollan en el territorio.
- El sector privado busca la eficiencia y la optimización de los recursos para que lleguen al máximo de beneficiarios posible.
- El sector público vela por los intereses comunes haciendo que llegue al máximo número de personas y generando las prioridades necesarias.
- El sector privado está en continua innovación apostando por nuevas metodologías, nuevas herramientas y experiencias de otros territorios para resolver problemas concretos.
- Dar importancia a la visibilidad que se genera a ambas partes, de forma sana y sin tapujos que puedan disminuir los apoyos.
Conclusiones y aprendizajes en este tipo de alianzas
- Fuera prejuicios.- Como sociedad debemos apostar por alianzas, estas van a ser imprescindibles en el futuro para alcanzar el máximo bienestar social posible. Para ello la sociedad deberá asimilar estas nuevas relaciones y aprender a extraer lo mejor de ambos sectores.
- Fuera mitos.- No siempre la gestión privada de servicios públicos es más eficiente, el sector público debe valorar y sopesar que es lo mejor para el ciudadano anteponiendo el bien común a los intereses privados.
- Asumir el reto.- La sociedad del bienestar exige una administración pública relacional y no una entidad aislada, una administración que tenga la capacidad de relacionarse con distintos sectores para conseguir una mayor prosperidad social.
- Establecer Límites.- Las entidades públicas deben establecer mecanismos de control y evaluación de los programas público privados, exigiendo y controlando en todo momento la ejecución de los compromisos establecidos. La implicación debe ser como un agente más de intervención y no como un simple observador, para ello es fundamental que se destinen de forma concreta partidas presupuestarias con el fin de que el control y evaluación se haga durante todo el proceso de ejecución.
- Actualización del personal público.- Esta nueva administración relacional exige de nuevos profesionales que conozcan y compartan herramientas de desarrollo y metodologías de trabajo. Deben entender que ellos son parte fundamental en la implantación de acciones en el territorio, ellos son fundamentales para que el reparto de recursos sea lo más eficiente posible y llegue al máximo número de personas.
Es importante entender que en este tipo de relaciones o alianzas “No todo vale”, el origen de los recursos privados debe ser socialmente responsable y debe estar alineado con el propósito de la acción a desarrollar. No convirtamos este tipo de proyectos donde todos salen beneficiados en un lavado social/verde de empresas a través de sus cuentas de RSC (Responsabilidad Social Corporativa), el origen y el como se gestionan los recursos para conseguir dar respuesta a los retos son elementos fundamentales a valorar antes de establecer alianzas público-privadas.
“Si queremos una calle limpia que cada uno barra su parte de la acera”. Victor Viñuales