Tenemos la suerte de vivir un momento en la sociedad, donde tender una mano a los demás ya no es cosa de “locos altruistas” que dejan todo en la vida para dedicarla a ayudar a personas del tercer mundo o a colectivos desfavorecidos. Tenemos la mala suerte de vivir en un momento, donde existen tantas necesidades sociales que las entidades públicas no pueden llegar a satisfacer las más básicas de la ciudadanía, rompiéndose así el paradigma de la sociedad del bienestar.
Si lees cada semana este blog es porque tienes la “locura” de tener en vuestros corazones la solidaridad de ayudar a quién más lo necesita, y ahora es el momento en el que el cerebro nos tiene que ayudar a ponerla en funcionamiento. Para eso, es muy importante que el emprendedor social mire con ojos diferentes. Sea capaz de mirar más allá de la estructura social y se adentre en la tercera pieza de lego que será la base de acción de cualquier emprendimiento social: la propuesta de valor social.
El despertar solidario
“Una vez que se te despierta la solidaridad, ya no se te va más”
La verdad es que no sabría deciros, si los emprendedores sociales surgen por solidaridad o bien que la solidaridad surge como resultado del proyecto social. Lo que sí os puedo confirmar, es que la solidaridad junto a la inquietud empresarial se traduce en empuje cuando queremos crear un empresa social. Activarlas nos dará la clave para detectar las necesidades a las que queremos focalizar nuestra acción. Para poder ser sensibles en detectar estas necesidades sociales, hay que investigar que tipo de ellas nos podemos encontrar. Conocida es la Pirámide de Maslow que habla sobre las necesidades [básicas, de seguridad y protección, afecto, autorealización y felicidad] que un ser humano tiene que cubrir para su realización personal y social. La clave en el emprendimiento social es conseguir detectar esa necesidad que hace que tu producto/servicio sea necesario. Parece que cuando hablamos de necesidad, nos estamos refiriendo sólo a las más básicas como puede ser comer, pero existe un gran abanico de necesidades que abarcan aspectos como puede ser la realización personal, la comodidad o la cohesión social.
Según el chileno Max Neef cuyo trabajo está orientado al Desarrollo de la Humanidad, para el diseño de un producto/servicio es necesario ser conscientes que tipo de necesidad estamos resolviendo. Existen necesidades de producción, que son las necesidades que generamos a través del mercado, son cosas que no necesitamos pero que nos hacen la vida mucho más fácil. (Aplicación móvil, ordenador, agilizar las colas del checking de los aeropuestos, etc.). Por otra parte, están las necesidades existenciales. Son sensaciones de carencias que deben de ser satisfechas para poder vivir y mejorar la calidad de vida. Para emprender en lo social, la necesidad existencial que afrontemos, será la misión para la construcción del proyecto. Estas necesidades existenciales, las podemos clasificar en estas cuatro categorías:
- Ser: Atributos personales o colectivos. [salud, solidaridad, autonomía, cuidado, respeto, pertenencia, etc.]
- Tener: Sistema de organización personal y social que te ofrezca condiciones óptimas para vivir. [Alimentación, trabajo, derechos, familia, educación, política, valores, etc.]
- Hacer: Acciones personales o colectivas. [Trabajar, relacionarse, cooperar, expresar, estudiar, soñar, discreptar, etc.]
- Estar: Espacios y ambientes. [hogar, entorno social, naturaleza, espacios de encuentros, comunidades, espacios de tiempo libre, etc.]
Todas ellas, traducen en estas 9 necesidades que son las mismas en todas las culturas y épocas históricas. Lo que cambia son los medios para poder satisfacerlas:
- Subsistencia
- Protección
- Afecto
- Entendimiento
- Participación
- Ocio
- Creación
- Identidad
- Libertad
La propuesta de valor social
La propuesta de valor social se produce cuando la necesidad existencial es real, se percibe con facilidad y afecta a un número importante de personas e incluso las personas o entidades están dispuestas a pagar para cubrir esa necesidad con urgencia. Existen miles de estas necesidades pero hay pocos proyectos que ofrezcan de forma innovadora, soluciones sostenibles que empoderen a las personas. Es cierto que la mayor parte de los proyectos de emprendimiento social se localizan en las necesidades más básicas porque son las más urgentes.
“Necesidades existen, son reales, son importantes y urgentes. Mientras existan necesidades en el mundo, existirán oportunidades de emprendimiento social”
En el emprendimiento social es necesario ir más allá de la experiencia de un producto o servicio, hay que generar de forma espontanea una transformación que contribuya a mejorar el mundo.
¿Son estas ideas tan “locas” para transformar el mundo?
Para pensar en alto.-
¿En que categoría de necesidades existenciales crees que podrías iniciar tu empresa social?
¿Qué características debería cumplir la “transformación” de un proyecto social?
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Foto Destacada: pexels.com
Ollé no sabía todo esto soy estudiante de 1ero básico y me encanta la información porque no solo sirve para tareas si no para comenzar mis pasos como emprendedor y te doy las gracias y sé que te alegra leer esto así como amigos me alegra personas como tú
Espero te sea de utilidad, gracias por pasarte por aquí. Saludos
muy buen contenido. nos enseña a a entender la necesidades que tenemos y priorizarlas en cierto modo
¡Gracias por pasarte por aquí!