Haz una lista de las cinco personas más importantes para ti. ¿Estás entre ellas? ¿En qué posición te encuentras? A lo largo de mi formación y vivencias en desarrollo personal, me he dado cuenta de la importancia de estar la primera en esa lista, ¿Si no me cuido yo, cómo voy a atender al resto de personas de la mejor forma posible? Nos olvidamos de nosotros/as, nos relegamos a un lugar alejado del interior y nos disponemos a estar disponibles para todos y para todo.
“No tengo tiempo para nada…”
“Cada vez tengo menos tiempo para mí”
“Ojalá tuviera más tiempo el día”
Pues sí, la velocidad del tiempo nos atrapa y se manifiesta de muchas maneras cuando no estamos en esa lista, como los gritos en los atascos, las contestaciones en la familia, la ansiedad que oprime el pecho sin una razón y las ganas locas de perderte en un pueblo para poder parar, respirar y dejar a un lado todos esos instrumentos que te limitan tu tiempo durante el año.
La buena noticia, es que vivas donde vivas y durante cualquier época del año puedes cuidar tu tiempo para disminuir esas sensaciones, el cansancio y la sensación de descontrol y velocidad con la que pasan los años.
El mundo rural es el antídoto
“Una comunidad entrenada para la velocidad está hecha para el éxito” Le Corbusier
Reducir el tiempo se hizo rentable en la Revolución Industrial, desde entonces se ha convertido en una forma de vida y un modelo de medición de eficacia y valía personal. La expresión “Es que no tengo tiempo…” ofrece una buena posición social a oídos de quien la escucha y nos hace mirar a la persona desde otro punto de vista, apostando por este tipo de modelo social como el óptimo y realmente productivo. Esto trae una serie de consecuencias personales que ya conocemos y hemos compartido en líneas anteriores.
El mundo rural se presenta como una alternativa eficaz para paliar estas incómodas sensaciones, aunque os puedo decir que no depende del lugar sino de cómo gestionamos y cuidamos nuestro tiempo.
¿Qué tiene el mundo rural como atractivo con respecto al tiempo?
- Reducción de estímulos: Publicidad al alcance, diversidad de tiendas, alternativas de ocio, etc. no son accesibles en el mundo rural a simple vista por lo que se convierte en una oportunidad para ganar tiempo el no recibir mensajes que te estimulan a ir más deprisa para consumir algo que parece ser que no está a tu alcance por dinero o por tiempo.
- Aprobación al descanso: El descanso traducido en siesta, es solo un lujo que algunos se pueden permitir en la ciudad. Este ritual más extendido en los pueblos es una puesta a punto para reanudar las tareas del días en las largas tardes de verano. En la ciudad este tiempo se consume en traslados, jornadas intensivas, actividades extras o en aprovechar para terminar aquellas cosas que quedan pendientes para despejar tardes libres que no terminan por llegar.
- No es fácil comprar tiempo: En el pueblo no hay diferencias, para todo el mundo el tiempo tiene la misma unidad de medida, sin embargo en la ciudad puedes pagar por entrar antes que otros o bien para tener un lugar preferente para hacer tus gestiones como en los aeropuertos, etc.
- Deseos menos inaccesibles: Que en un pueblo se vive con menos, eso está claro. El tiempo se dedica a lo necesario porque los deseos son tan solo pequeños ingredientes que reservas cuando viajas a la ciudad o compras por internet. Por este lado, las personas que viven en la ciudad todo lo tienen más a mano, lo que genera una gran presión consumista que tienes que paliar ganando más dinero.
- El tiempo es menos cronoscópico: En la revista Yorokobu leí este concepto que me pareció bastante interesante con respecto a la medición del tiempo. Con la llegada de internet todo es al “instante”, lo que antes se hacía con el paso de las horas, se ha convertido en minutos o segundos gracias a la disponibilidad y rapidez de la tecnología. Comprar un gel por Amazon y recibirlo a las pocas horas en la ciudad, ha generado mayor sedentarismo, es decir, debemos pasar más horas delante del ordenador para hacer accesibles ciertos servicios que antes buscábamos a pie de calle. Mientras, en el mundo rural la falta aún de la consolidación de una red de mensajería más rápida o la importancia del contacto con la comunidad en lugares como el supermercado o la farmacia, nos hace salir a la calle para buscar lo que más nos interesa.
¿Cómo puedo cuidar mi tiempo?
Existen multitud de libros que hablan de cómo gestionar tu tiempo como “Los 7 ladrones del tiempo” de Alberto Pena o “Los Siete Hábitos para dirigir tu vida” de Jose María Acosta. Aquí puedes encontrar algunas reseñas lógicas para poder realizar un plan de acción para detectar y gestionar aquellas cosas que te quitan tiempo. Pero si tu sensación es más profunda quizás el planteamiento es el siguiente. Te has preguntado alguna vez:
¿Qué ocurriría si contara con ese tiempo que tanta falta me hace?
¿Cuál es el beneficio personal de sentir esta pérdida de control sobre el tiempo?
Sin duda existe algún beneficio el no tener tiempo y es que no sabemos qué hacer con él. Estamos tan desconectadas de nosotros/as, que tener tiempo para hacer lo que nos gusta, nos hace plantearnos realmente qué es lo que nos gusta y dejar a un lado aquello que para nosotros/as no es beneficioso. Eso significa elegir y parece ser que no estamos preparados/as para ello por diversos motivos, bien porque tememos no ser aceptados/as o bien por miedo a equivocarnos, tan solo por el susto que nos da disfrutar de la vida, el esfuerzo que implica hacerlo o bien el peso del sentimiento de culpa de no hacer algo productivo con nuestro tiempo.
No tener tiempo es otra enfermedad social que se presenta, estés en lo rural o en la ciudad, es cuestión de actitud ante la vida y tu disposición a contactar con aquello que tanto nos asusta tener: libertad para estar contigo y elegir aquello que realmente te hace sentirte feliz”
“Si no tienes libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?” Arturo Graf
Hey,
Me encanan sus artículos. Vivo en Las Palmas de Gran Canaria y trabajo con una ong que aglutina 18 asociaciones que trabajan para el desarrollo sostenible en los pueblos de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.
Me gustaría hacerles dos preguntas:
1. ¿Podría hacer el curso de neoruralismo online?
2. ¿Estarían abiertos a la posibilidad de colaborar con nosotros para organizar algún evento de participación rural aquí?
Muchas gracias y salud,
Jen
Hola Jenny! Encantada de contactar y de que te gusten nuestros artículos. 😉
Que interesante y que necesario es vuestro trabajo. Ya nos contarás!
Con respecto a las preguntas, mi compañero Juanjo se pondrá en contacto contigo por email para que podáis conversar la próxima semana.
Estoy a tu disposición para cualquier otra consulta.
Un fuerte abrazo!
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Me encanan sus artículos. Vivo en Las Palmas de Gran Canaria y trabajo con una ong que aglutina 18 asociaciones que trabajan para el desarrollo sostenible en los pueblos de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.
Me gustaría hacerles dos preguntas:
1. ¿Podría hacer el curso de neoruralismo online?
2. ¿Estarían abiertos a la posibilidad de colaborar con nosotros para organizar algún evento de participación rural aquí?
Muchas gracias y salud,
Jen
Hola Jenny! Encantada de contactar y de que te gusten nuestros artículos. 😉
Que interesante y que necesario es vuestro trabajo. Ya nos contarás!
Con respecto a las preguntas, mi compañero Juanjo se pondrá en contacto contigo por email para que podáis conversar la próxima semana.
Estoy a tu disposición para cualquier otra consulta.
Un fuerte abrazo!