El pasado viernes, cientos de miles de jóvenes de todo el mundo se manifestaron para frenar el cambio climático que, a pasos agigantados, nos persigue en nuestro día a día. Si vemos cómo se dieron las manifestaciones en España, más de 40 pueblos y ciudades se sumaron a la movilización, encabezadas por estos y estas jóvenes que están viendo como su futuro corre peligro en este planeta.
Han tenido que ser las personas jóvenes las que den el paso en la defensa del medio ambiente y para impedir que el cambio climático vaya a más, dando ejemplo de que cuando se quiere, se puede. Mientras tanto el “mundo adulto”, donde al fin y al cabo se toman las decisiones, sigue paralizado y sin lanzar ni poner en marcha propuestas reales que de verdad conserven el medio en el que vivimos.
Gran parte de la responsabilidad de la conservación del medio, se encuentra en las manos de aquellas personas o entidades que hacen su labor explotando sus recursos, como son las empresas. Ya sean grandes o pymes, el compromiso de las empresas con el entorno en el que viven debe ser el mayor de todos, pues de él depende su funcionamiento. Al ser AlmaNatura empresa BCorp, conocemos ya muchas empresas que, como nosotros, ya se han sumado a la lucha contra el cambio climático, pero quedan otras muchas que se han quedado rezagadas. Ya sea donde se fabrican los productos, donde se comercializan, o donde se sacan las materias primas, las empresas deben tener en cuenta el gran impacto que provocan en el medio ambiente de los lugares donde hacen su labor.
Aunque en nuestro blog hemos hablado largo y tendido sobre Responsabilidad Social Empresarial (RSE), es en la dimensión medioambiental de la misma donde podemos encontrar las soluciones para reducir ese impacto, o incluso convertir el impacto negativo en positivo, no solo devolviendo al medio lo que se resta con la actividad empresarial, sino aportando aún más. Además, como ya comenté hace un par de meses en este blog, no hace falta ser una gran empresa para implementar pequeñas acciones que ayuden a revertir el efecto nocivo del funcionamiento de algunas empresa.
¿Qué se puede hacer desde la empresa por el medio ambiente?
Para reducir el impacto negativo de la actividad de la empresa, realmente se debería pasar por incorporar en la misma, un modelo de gestión medioambiental, en el que se tengan en cuenta indicadores de medición de las emisiones y residuos emitidos y de los recursos y energía consumidos. Pero si se quiere comenzar poco a poco, aquí os traigo algunas medidas viables que pueden apoyar a incorporar la gestión medioambiental de la empresa, haciendo tan sólo pequeños cambios:
- Revisa la eficiencia energética de tu negocio: Ajustar el consumo energético que hace tu negocio es un paso importante no sólo para reducir su impacto ambiental, sino también para ahorrar en las facturas, algo importante para poder tener incluso más recursos con los que implantar otras medidas. Ya existen varias entidades sociales y Ayuntamientos que disponen de servicios que ayudan a la población a entender sus facturas energéticas y a optimizar su consumo, como es el caso de los recursos vecinos Espacio Muti y su oficina La Alterna, en Santa Olalla del Cala (Huelva), o la Oficina Municipal de la Energía del Ayuntamiento de Aracena (Huelva).
- Reduce el consumo de papel y otros consumibles: En las oficinas, el consumo elementos como el papel y los cartuchos de impresora, suele ser en grandes cantidades, lo que hace siempre que se intente tirar por las alternativas más económicas. Apostar por papel reciclado o con el sello FSC, que asegure una procedencia sostenible; así como por ejemplo cartuchos de impresora recargable, hará nuestro trabajo más sostenible. Pero si de verdad queremos reducir drásticamente nuestro impacto ambiental, digitalizar al máximo la empresa es la solución. Existen infinidad de programas y aplicaciones gratuitas que te ayudarán a gestionar el día a día de tu empresa, y hacer de tu oficina un espacio sin papel, y además la hará mucho más eficiente.
- Uso y gestión racional de los recursos: Algo muy relacionado con el punto anterior es optimizar al máximo los recursos, pues supone una necesidad en cuanto a la sostenibilidad ambiental (y económica también) de la empresa. Planificar las compras en función de la necesidad que tengamos en el momento, organizar los envíos o viajes de tal forma que los recorridos sean lo más cortos posibles y aprovechados para hacer el máximo de acciones, o incluso reutilizar recursos para otros menesteres después del uso para el que se adquirió, son ejemplos de acciones pequeñas que harán reducir en gran medida el consumo de los recursos de la empresa, haciéndola más sostenible.
- Implica a las personas empleadas de la empresa: La batalla por la sostenibilidad es muy difícil lucharla en solitario, por ello es de suma importancia implicar a todas las personas que trabajan en la empresa, para que adquieran actitudes más sostenibles con el medio ambiente. Cuando se toma un propósito de este tipo como una meta común, no sólo será mucho más fácil conseguirlo, sino que además va a aumentar el compromiso del trabajador o trabajadora con la empresa, y le hará ver que otra forma de estar en el mundo es posible, pudiendo aplicar las medidas planteadas en su vida personal.
- Sensibiliza a la clientela y tus proveedores: Para que las acciones de la empresa tengan un efecto multiplicador, es importante que las personas que consumen sus servicios también se impregnen de los valores de sostenibilidad. Por ejemplo, cambiar el discurso de dejar de usar las bolsas de plástico, de una razón económica (no las uses que te las cobran), por una razón de sostenibilidad (no las uses porque contaminan), es un pequeño gesto que hará ver a los y las clientes que el medio ambiente es importante para la empresa, y puede generarles mayor interés por ello.
Cuando una empresa decide añadir unos pequeños cambios en su día a día en la búsqueda de una mayor sostenibilidad medioambiental, no solo se puede conseguir reducir el impacto ambiental, sino que puede convertirse en un referente para el resto de las empresas y la población del territorio, mejorando su reputación y haciendo de la misma una entidad donde los nuevos talentos deseen trabajar. Hoy en día, las empresas deben decidir si están en el negocio de ganar dinero, sin más, o en el de cambiar las vidas de las personas respetando el medio ambiente.