Esta situación que vivimos está suponiendo todo un reto a nivel social, obligándonos a permanecer en casa y saliendo sólo para realizar tareas básicas como son hacer la compra o tirar la basura. Pero este reto social, desgraciadamente es poco comparado con el desafío a nivel económico por el que muchas familias están pasando desde el primer momento que se anunció el estado de alarma.
Y es que, en un país como España en el que casi tres cuartos de su economía depende del sector más paralizado en la actualidad, el sector servicios (y en especial el turismo), son millones de personas que han tenido que ver paralizada su actividad laboral.
A pesar del escenario tan desesperanzador que parece que nos encontramos, en AlmaNatura nos gusta ver siempre la cara positiva, pues tenemos muy claro que, aquello que de primeras se percibe como un problema, con un poco de creatividad, puede convertirse en una oportunidad especialmente para los pueblos.
Sabemos que la recuperación va a ser algo lenta, sobre todo en sectores que, para funcionar, dependen de grandes movimientos de personas, como pueden ser la cultura, el turismo y la restauración, pero puede que haya una zona en la que la recuperación de estos sectores sea algo más rápida: el mundo rural.
En una situación en la que muchos países ya han confirmado a sus habitantes que las vacaciones van a tener que pasarlas en el interior del país, en el caso español vemos cada vez más improbable poder atravesar las fronteras en los próximos meses, teniendo que apostar por el turismo interior. Así, nos atrevemos a apostar por qué el turismo nacional será el protagonista de los viajes durante los próximos meses, especialmente durante el verano.
El turismo rural un salvavidas ante la crisis económica
Se cumplan o no estas hipótesis, igualmente es necesario orientar este año las políticas en materia turística hacia el interior y los viajes de proximidad, con el fin de suavizar, al menos un poco, el fuerte impacto que la crisis sanitaria va a provocar en el sector. Entiendo que quizá, el simple hecho de moverse pueda crear cierto miedo a quien nos lea, por ello, exponemos a continuación, algunas de las razones por las que el turismo rural y de interior puede ser el que nos ayude a salvar un poco la situación:
- Se trata de un tipo de turismo mucho más responsable y respetuoso con la comunidad local, más centrado en poner en valor los recursos de los que se dispone, e incluso con mayor consideración por el medio natural.
- Ofrece mayor variedad de escenarios y experiencias. Salvando las distancias, el turismo de interior puede llegar a ofrecer lo mismo que un viaje de “desconexión” a un lugar exótico. Desde riberas llenas de pozas naturales, cuevas donde hacer espeleología, montañas infinitas donde aún habrá nieve en agosto, bosques con temperatura fresca y con rico ecosistema, etc., dentro del país se pueden encontrar un sin fín de lugares que no tienen nada que envidiar a otros países y que ofrecen experiencias la mar de interesantes.
- Se trata de una apuesta por lo natural tras semanas de encierro en grandes ciudades. Al pasar tanto tiempo confinados, en lugares donde el 80% de la población sólo ve cemento, se hace muy necesaria la conexión con el medio natural, espacios donde se enmarcan la gran mayoría de los pueblos del país.
- A partir de ahora, la seguridad venderá por encima de todo. Si algo podemos sacar en claro en este momento, es que la densidad de población es un factor clave en la propagación de la pandemia (y así se está demostrando por ejemplo en el país vecino), pues vemos cómo las ciudades han sufrido el mayor golpe, mientras los pueblos parece que se van conteniendo. Ante esta nueva normalidad que se nos presenta, vamos a tener que huir de las grandes aglomeraciones, para lo que el turismo rural ofrece la solución. El nuevo turista post-covid, será mucho más prudente en la elección de su destino, dándole presumiblemente más confianza y mayor sensación de seguridad los destinos más próximos, a los que pueda acudir en vehículo propio.
- El turismo rural presenta de por sí unas infraestructuras más adaptadas a la nueva situación. Aunque aún no sabemos demasiado sobre las medidas que habrán de tomarse para la desescalada, se intuye que alojamientos y restauración tendrán que adaptar sus espacios para poder acoger a la clientela. En el caso de por ejemplo casas rurales y apartamentos turísticos de los pueblos, nos encontramos con espacios por lo general de gran tamaño, con capacidad para pocas personas, y sin servicio de restauración que aglutina a muchas personas en un mismo espacio. Esto permite a estos negocios una mejor adaptación a las necesidades de higiene y salud, permitiéndoles incluso no tener que reducir su capacidad cuando llegue el momento.
Ya que parece que nos vamos acercando poco a poco al final de esta situación y a conocer mejor la nueva normalidad que nos espera, es el momento de comenzar a diseñar nuevas bases para el sector turístico en general, y para el turismo rural en particular, poniendo a este en el lugar en el que se merece y otorgándole el máximo valor, pues es el sector que mejor podrá adaptarse a lo que venga y que ofrecerá sus servicios con mayor seguridad.
Hola!!
En Vilar de Cas (Castroverde – Lugo).
Tenemos el albergue A Pociña de Muñiz en pleno rural y al ladito de Soutomerille ( un pueblo abandonado como mucho encanto) , este año nos gustaría alquilarlo a familias que quisieran disfrutar de unos dias en un lugar auténtico y muy tranquilo.
Un saludo.