Desde el pasado martes 15 de junio, ha comenzado oficialmente la temporada de riesgo máximo de incendios forestales en España, que se extiende hasta el 15 de octubre. Nuestro país es uno de los países de la Unión Europea más afectados por este tipo de incendios, problema que amenaza con aumentar debido a los efectos del cambio climático.
Aunque el fuego es un elemento natural necesario para la regeneración de bosques y montes, en las últimas décadas ha dejado de ser una perturbación natural que modela el paisaje para convertirse en una terrible amenaza que puede llegar a destruir a su paso millones de hectáreas de vegetación y sus consecuencias derivadas (pérdida de diversidad, humanas, económicas, etc.). Es interesante destacar la relación tan estrecha que hay entre el clima y los incendios, potenciando estos últimos el cambio climático a través de la emisión de gases invernadero, además de ser una de sus probables consecuencias con sequías más largas, más intensas, con menos precipitaciones y mayor temperatura.
Aunque el cambio climático potencia los incendios, hay otro factor que intensifica el daño que pueden generar estos. Según Greenpeace desde 1962 hasta 2019 se han abandonado casi 4 millones de hectáreas de tierras de cultivo en España, aumentando la superficie forestal. La despoblación de las áreas rurales ha generado un paisaje más uniforme, más propenso a la propagación del incendio y menos resistente a las condiciones más exigentes que provoca el cambio climático.
Actividades del medio rural que ayudan a la prevención de incendios
Con todos estos datos, podemos llegar a la conclusión de que no basta con invertir en la extinción de incendios. Es necesario ir más allá generando estrategias que consigan prevenir estos escenarios. A continuación os compartimos una serie de actividades que se dan en el medio rural que ayudan a la prevención de incendios, además de proteger la biodiversidad y dinamizar la generación de empleos mediante el aprovechamiento de recursos locales según el informe publicado por Greenpeace el pasado 2020.
- Pastoreo y ganadería extensiva. Este tipo de actividades impactan sobre el desbroce natural, ecológico y económico, promoviendo así la conservación del medio y la reducción de costes en mantenimiento de los cortafuegos. Fomenta un paisaje en mosaico que se traduce en una mayor resiliencia del ecosistema frente al cambio climático y el riesgo de incendios.
- Agroecología. Se trata de distribuir los cultivos de tal manera que su ubicación permita garantizar discontinuidad del combustible vegetal. Los cultivos que se proponen para este uso son la vid, el olivo, algarrobos, higueras, almendros y plantas medicinales. Forma parte también de una gestión agroecológica, huir de los monocultivos extensos y ocupar espacios de cultivo abandonados evitando de esta manera la erosión del suelo.
- Resinado. El cuidado de los montes resineros se traduce en pinares con menos carga de combustible y, por tanto, dificultan el inicio y propagación de incendios. Además, este tipo de actividades contribuyen a la vigilancia del monte, detección de posibles focos y disuasión de incendiarios.
- Micología. El fomento de la recogida de setas y el turismo micológico generan beneficios económicos y ambientales en el medio rural. Ejemplo de ello es la trufa negra, cuya producción en España está en torno al 30-50% a nivel mundial, constituyendo uno de los mayores ingresos de los montes mediterráneos. A su vez, estos montes tienen una forma adehesada que genera escaso sotobosque, es decir, se dan condiciones más favorables en la prevención de la propagación de incendios forestales.
- Saca del corcho. Esta materia prima se extrae de los alcornoques en la época de mayor riesgo de incendios y la presencia de los “sacadores” contribuye a la vigilancia, detección de focos y disuasión de incendiarios. Además, como gestión de mantenimiento en las fincas en las que aprovechan el corcho, se lleva a cabo el desbroce alrededor de los pies de los alcornoques, lo que se traduce en una disminución de combustible en los montes y menor riesgo de propagación de incendios.
Para mantener estas actividades fundamentales para una correcta gestión del suelo frente a la propagación de grandes incendios forestales, es necesario contar con planes de gestión y ordenación del territorio, concienciar a la población rural y urbana y apoyar el consumo de los productos derivados de este tipo de actividades empresariales para hacerlas sostenibles económicamente y evitar la pérdida de estas profesiones.