Por Daniel Bargalló;
Aprovechando nuestra estancia en Málaga, con motivo de la 6ª Feria de Turismo Cultural City Break, nos acercamos al archiconocido museo Picasso, erigido como uno de los estandartes culturales, no sólo de la ciudad de Málaga sino de toda Andalucía.
Personalmente, el museo me gustó. Las obras que allí están expuestas no son las más conocidas del genio, se trata de una colección intimista que perteneció a la familia del artista. Sin embargo, están ordenadas cronológicamente y eso permite ver la evolución de las formas en las diferentes obras que allí están expuestas. En los interiores del museo reina el minimalismo, las paredes son completamente blancas y lisas, lo cual permite al espectador concentrar su atención en los cuadros. Asimismo en los sótanos del museo podemos encontrar restos arqueológicos fenicios y romanos perfectamente conservados e integrados en la arquitectura del mismo. Una muestra más de las nuevas tendencias museológicas que apuestan por integrar, más que por reconstruir o enterrar.
Sin embargo también tiene debilidades. El minimalismo a veces se pasa de la raya y hace que seguir el curso de la exposición sea complicado. Si no andas atento es relativamente fácil perderse. A pesar de que las salas están señaladas, no hay señales que marquen el recorrido a seguir. Por otro lado, en las esculturas que hay expuestas cuesta encontrar el cartel explicativo. No están pegadas a la pared, lo que facilita que puedas rodearla y verla desde todos los ángulos. Pero los carteles que explican la escultura no están cerca de la obra.
Y por último, la exposición se hace corta. Esta última opinión si es muy personal, pero lo cierto es que uno se queda con ganas de más.
También se hacen exposiciones temporales, que algunos dicen que son mejores que la propia exposición permanente, pero en este momento de mi visita no había ninguna. Quizás la próxima vez.
Más información: [Tarifas] [Ubicación] [Próximas exposiciones] [Noticias] [Las Obras]