Hace algunos años cursé un interesante taller formativo: “Los 7 Hábitos de los directivos altamente efectivos” de Franklin Covey. Mi conclusión entonces, antes de iniciar mi formación en Coaching e Inteligencia Emocional, fue que la comunicación en su sentido más amplio estaba en la base de todas las técnicas y fundamentos teóricos que nos proponían para ser efectivo.
Ahora que me dedico profesionalmente a apoyar personas y organizaciones en su desarrollo desde el Coaching y la Responsabilidad Social me parece aún más lógico. Y es que la comunicación con uno mismo, y con los demás, ya sea en tu vida personal o en tu vida profesional, es la primera competencia clave que te ayuda a alcanzar cotas de efectividad muy altas, también en cada uno de los hábitos que propone Covey y que son:
1) utiliza tu iniciativa y tus recursos;
2) ofrece tu contribución confiadamente con un fin en mente;
3) dirige tu vida y tu área profesional el máximo de tiempo desde la planificación poniendo primero lo primero;
4) no gestiones a las personas, lidéralas para que se gestionen ellos mismos;
5) escucha y entiende antes de intentar ser entendido;
6) busca siempre la tercera alternativa con los demás, rompiendo tus moldes;
7) cuida todas las facetas de ti mismo y lidera a las personas teniendo en cuenta también todas sus facetas: mental, emocional, espiritual y física.
Si hacemos una traducción simultánea de Covey al lenguaje del Coaching ejecutivo, nos encontramos con los mismos conceptos nombrados de otra forma: autoconocimiento y confianza, sinergia, gestión del tiempo diferenciando urgente de importante, liderazgo, escucha activa y asertividad, ruptura de creencias limitantes y, la más importante siempre, cuidarse uno mismo para poder cuidar a los demás…
En todos y cada uno de estos conceptos, la comunicación tiene un total y profundo papel que jugar. Con uno mismo o con los demás. Y puede que la más complicada sea la primera.
¿Y si hacemos una conversión más, y buscamos las claves para la efectividad comunicacional de la persona desde su inteligencia emocional? Al fin y al cabo, es la Inteligencia que mejor nos guía en la comunicación con uno mismo y con los demás, de hecho es una función básica de las emociones: dar información.
Claves para ser efectivo desde las competencias de la Inteligencia Emocional
- Autoconocimiento: cuanto mejor conozco mis recursos, mis fortalezas y mis “cositas” a mejorar, mejor podré aportar en cualquier entorno en el que me mueva. Así que dedicarse un tiempo a conocerse es en realidad ganarlo. Marcarse una meta también ayuda, de hecho es lo que más facilita trabajar el autoconocimiento: tener un para qué trabajarlo. Por lo tanto la primera clave: ponte metas. Y la segunda clave: dedica tiempo a descubrirte.
- Autorregulación: la capacidad de identificar las emociones, sentirlas, y decidir cómo usarlas a favor es una consecuencia casi inevitable de dedicar tiempo al autoconocimiento. Aquí la clave no puede ser otra que confiar en ti mismo, y para conseguirlo te propongo que dejes de compararte. Esa es la tercera clave: elimina las comparaciones.
- Automotivación: o la capacidad de apoyarte en tus emociones para ser proactivo, para avanzar en disposición positiva, para alcanzar tus objetivos. La clave aquí, y es la cuarta, sí es la confianza: confía en ti, sé constante. Ya es más fácil, porque has eliminado las comparaciones.
- Empatía: en inteligencia emocional la empatía es la capacidad de poder sentir lo que la otra persona está sintiendo sin dejarte llevar por su emoción, experimentando otro punto de vista, otra perspectiva. ¿Y acaso no facilita esta habilidad la escucha activa, y la percepción completa de las otras personas para liderarlas? Quinta clave: escuchar más que hablar.
- Habilidades sociales: en el enfoque comunicacional que propongo en este post, la habilidad social que facilita unas relaciones efectivas es sin duda una adecuada comunicación. Por eso la sexta clave es la asertividad, esa habilidad que nace del respeto a uno mismo y a los demás, y que supone el equilibrio entre la agresividad y la pasividad. Entrenar tu comunicación asertiva te hará más efectivo seguro.
El pilar para la mejora como persona y como profesional es justamente la comunicación, contigo mismo y con tu equipo, y si es desde la inteligencia emocional mucho mejor.
Si dominas la comunicación en los dos sentidos, hacia dentro y hacia fuera, sólo te quedará recordar que es un camino que hay que seguir andando, en el que no se puede bajar la guardia, y mantener, como dice Covey, “la sierra afilada” para ser efectivo casi siempre.
Os dejo con un ejemplo de comunicación emocional efectiva que a mí me encanta. ¿Cuándo empiezas?