Social, innovador, comprometido y generoso. Así es el proyecto en el que tengo el privilegio de trabajar este mes de julio con la Cooperativa Agrícola Onubense Cuna de Platero. Se trata del primer campamento de verano de Inteligencia Emocional para niños y niñas del pueblo de Moguer en el que esta cooperativa desarrolla sus actividades, una iniciativa genuina de Responsabilidad Social Corporativa con una clara vocación de vinculación con el territorio que ya les está generando beneficios inevitables.
Y es que la vinculación al territorio, o lo que es lo mismo, la responsabilidad o habilidad para responder a los públicos de interés más cercanos, es en mi opinión la apuesta más segura de las empresas para obtener beneficios tangibles e intangibles de sus estrategias de negocio. Y si no, hablemos un momento sobre este caso práctico en Huelva.
Un compromiso social que actúa en clave local y piensa en global
El I Campamento de verano Inteligencia Emocional para niños ha sido impulsado por la Cooperativa Cuna de Platero dedicada en Huelva a la producción de fresas, frambuesas, moras y arándanos. Cuentan con la colaboración del Ayuntamiento de Moguer, y con el apoyo determinante de la Fundación de la empresa PPO, una firma con sede en Suiza dedicada a la importación de frutas y verduras en más de 25 países. Nos encontramos por tanto ante una iniciativa que nace ya de la sinergia de tres entidades: una que produce fruta, otra que la importa y un organismo público local de una zona agrícola. Las tres han encontrado un objetivo común de creación de valor social: el desarrollo de la inteligencia emocional de los niños y de la empatía con su propio entorno social y natural.
Este valor social que crea el proyecto es un poderoso eje para fortalecer las relaciones e intereses comunes de las tres entidades: la que se preocupa de sus personas para producir sus productos, la que se preocupa desde lejos de la calidad de vida de las personas que producen esos productos, y la que se preocupa del territorio en el que se producen esos productos. Ya tenemos un ejemplo sólido de RSC vinculada al territorio generando valor social desde lo local con un claro impacto global.
Beneficios inmediatos e inevitables de la RSC Cuna de Platero
Tiempo habrá de evaluar cuantitativa y cualitativamente los resultados de este proyecto de pura RSC de Cuna de Platero, pero en mi opinión ya podemos identificar algunos beneficios inmediatos que fortalecen a la empresa.
El éxito de participación en las dos convocatorias del Campamento, los comentarios de los trabajadores de la cooperativa, de sus familiares, de personas del pueblo, de padres de los chicos que participan y de otras empresas agrícolas, son indicativos de que los primeros se sienten partícipes del proyecto y los segundos lo valoran. Esto genera un valioso orgullo de pertenencia que redundará seguro en la motivación de los empleados, en la fidelización de proveedores y clientes, en las mejores relaciones con las instituciones y otras empresas del sector, en la mejor imagen social…
Además, trabajar en las aulas con los niños desde los valores de la cooperativa también es sin duda una importante semilla que germinará fortaleciendo los beneficios ya mencionados y consiguiendo otros relacionados con el futuro de la cooperativa y su desarrollo empresarial.
Por otro lado, el singular sesgo del Campamento, focalizado en fortalecer la empatía de los niños con su entorno social y natural, es otra semilla cuyo impacto también se hará notar.
Y la singularidad de este proyecto innovador, reconocido por los medios de comunicación, colabora en fortalecer la reputación social de una cooperativa con sólidos compromisos en otros ámbitos como la salud y la educación ambiental.
Y toda esta RSC con la seguridad de estar colaborando en la construcción de personas más completas, con más habilidades sociales, más felices, más comprensivas, más solidarias. Ese es el pequeño milagro de la inteligencia emocional que están viviendo en julio más de cuarenta niños de Moguer. Porque en este campamento aprenden a reconocer, aceptar y gestionar sus emociones y las de los demás, para motivar conductas que les permiten lograr sus objetivos y compartirlos. Me gusta especialmente esto último, “compartirlos”, porque me recuerdan conceptos tan importantes como bien común, beneficio colectivo, economía sostenible. Y de eso se trata. Eso es RSC.
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Fotografía Destacada: pexel.com