La manera en la que vemos e interpretamos el mundo que nos rodea, es fruto de aquellas percepciones y creencias que tenemos del mismo; o en otras palabras, entendemos el mundo en base a los estereotipos que tenemos en la cabeza. Los estereotipos son aquellos conocimientos transformados en esquemas cognitivos que, por el simple hecho de incluirse dentro de una categorización (una etnia, un género, una procedencia…), son los principales responsables de que se asignen a las personas unas características que describen el cómo son o cómo deben ser. Se trata de unos constructos culturales de los que nadie se libra pues, al fin y al cabo, a nuestro cerebro le resulta muy cómodo tirar de esos mapas mentales para describir el mundo que nos rodea.
Como muy bien mi compañero Juanjo nos comentaba en su último post, el problema está en cuando esos estereotipos conllevan una connotación muy negativa, como es el caso de los estereotipos rurales. Tanto es así que puede incluso afectar a las personas a las que etiquetamos de una determinada manera. Para poder curarnos de esas creencias negativas, es necesario que desarrollemos otra manera de pensar y de estar en el mundo, tendremos que trabajar el pensamiento crítico, para conocer lo que nos rodea y ser capaces de ir más allá de esos esquemas cognitivos y abrirnos a entender mejor.
A través de los medios de comunicación, de las redes sociales, e incluso a través de medios de consumo como pueden ser la música, el cine o las series de televisión; nos va llegando información que muchas veces asumimos sin más y la acoplamos a nuestro ideario, sin ni siquiera plantearnos quién nos está diciendo qué o porqué nos lo está diciendo. Estos contenidos van añadiendo contenido a nuestros estereotipos previos o van creándonos nuevos, pero por lo general no nos están ayudando a entender mejor y de manera positiva aquellos colectivos que aparecen estereotipados. Como prueba de ello, os remito por ejemplo al post que escribí hace unas semanas sobre las personas inmigrantes, en el que os comentaba algunos de los mitos y creencias que asociamos a las personas que vienen de otros países a buscarse la vida y que resultan ser falsedades.
Esos estereotipos vienen alimentados en su mayor parte por la imagen que en los medios se vende de estas personas o colectivos, pero no sólo la etnia es objeto de estereotipia, también la procedencia de las personas e incluso algunos lugares se tienden a mostrar de una manera que poco tiene que ver con la realidad.
¿Cómo podemos fomentar el pensar más críticamente?
Para fomentar un pensamiento más crítico, debemos tener en cuenta cuatro aspectos clave en nuestro día a día cada vez que nos encontramos con nueva información que queremos acoplar a nuestra mente:
- Busca información clara y compara: A todas las personas nos ha pasado alguna vez que, leyendo una noticia sobre economía por ejemplo, hemos dado por entendida toda la información que en ella aparece. Cuántas veces habremos oído hablar de la prima de riesgo y habremos debatido con alguien sobre la crisis utilizando ese indicador de la deuda, sin saber a qué se refiere realmente. Nuestro principal problema es que solemos basar nuestros argumentos en conceptos que: o no entendemos, o entendemos pero llegan a nosotros con información poco relevante, buscando la manipulación de esa información que nos da. Para evitar esto lo mejor es buscar información muy clara, si en un medio lees A, hemos de buscar otra perspectiva que te diga B, C, D, E… y si no tenemos la seguridad de entender el vocabulario más técnico, tiremos de la RAE o incluso wikipedia, nos ayudará a entender mejor lo que buscan decirnos (y además estaremos aprendiendo).
- Vete al quid de la cuestión: Prácticamente en todas las noticias que leemos, vemos o escuchamos, solemos encontrarnos con información que, además de no ser clara, está excesivamente “decorada” con detalles que poco dicen del suceso del que nos queremos informar, pero si nos condicionan el cómo sentimos e interpretamos esa información. Se me viene a la cabeza por ejemplo uno de mis programas de televisión favoritos: Salvados, de Jordi Évole. Hace un mes y poco, su espacio fue dedicado a la despoblación rural en España, tema que en AlmaNatura nos preocupa tanto que, acabar con ello, es nuestra razón de ser. Aunque desde el programa estaba dedicado a una cuestión interesante y lanzaba un claro mensaje, se apoyó en el sensacionalismo y en la parte más negativa de esa problemática, provocando a toda persona que lo viera, sentimientos de tristeza, impotencia y desesperanza ante lo que sucede en nuestros pueblos. Trabajar el pensamiento crítico implica tener que discernir entre qué es lo importante y qué no lo es en toda la información que nos llega, e intentar reformularla de la manera más objetiva posible.
- Pregúntate: Cuando recibimos una información solemos aceptarla simplemente sin preguntarnos nada. Desarrollar el pensamiento crítico, implica no parar de cuestionar lo que nos llega hasta desgranar la información recibida. Sobre todo, hemos de preguntarnos las 5 preguntas básicas:
- ¿Qué nos están diciendo? Como aconsejo en el apartado anterior, hemos de discernir cuál es el mensaje que quieren hacernos llegar.
- ¿Quién nos lo está diciendo? Es importante saber qué o quién puede haber detrás de la información que recibimos, así podremos descubrir qué busca ganar esa persona con decirnos ciertas cosas.
- ¿Cómo nos lo están diciendo? Analizar el tono, las imágenes que acompañan, el vocabulario o el medio en sí. El cómo dice mucho de la intencionalidad de la información en los medios, ya que, como he comentado algo más arriba, el cómo condiciona la manera en la que percibimos y nos hace sentir la información.
- ¿Cuándo nos lo están diciendo? No es casualidad que se nos bombardee de una determinada información en determinados momentos. Por lo general, suelen estar muy estudiadas las fechas en las que se sueltan ciertas informaciones y la intencionalidad suele ser beneficiar a un determinado interés. Para muestra principal, estudiemos la información de diferentes medios de comunicación en época de elecciones.
- ¿Por qué nos lo están diciendo? Quizá sea la pregunta más difícil de todas, pero si respondemos a todas las anteriores primero, conseguiremos discernir la intencionalidad con la que nos están informando. Responder a esta pregunta demostrará que tu pensamiento crítico está siendo desarrollado a la perfección.
- Razona: Al igual que hay que preguntarse mucho sobre todo lo que nos llega, también es importante que estemos preparados para cambiar nuestra propia opinión si tras analizarlo todo, nos damos cuenta de que estábamos equivocados o equivocadas. Reconocer que estábamos en un error y entender el por qué lo estábamos, es vital para cultivar no sólo el pensamiento crítico, sino para tener una mente mucho más sana y abierta. Las opiniones se van moldeando con el tiempo, es normal que donde hoy decimos A, mañana digamos B y pasado C o ninguna de las anteriores, lo importante es que la opinión sea nuestra, propia, y además esté fundamentada.
El entrenar nuestro pensamiento más crítico, será evidentemente un pequeño esfuerzo, pero también reportará una gran satisfacción, no sólo a nosotros y nosotras mismas, sino también a todo el mundo que nos rodea, pues estaremos dirigiéndonos a él con la mayor apertura.