ESCENIUM 2010. Foro internacional de las artes escénicas

Por Daniel Bargalló;

 ¿No os da la impresión de que últimamente hay muchísimos productos culturales, espacios culturales, intervenciones culturales, creaciones culturales? De repente hemos entrado en un ciclo en el que la gran mayoría de propuestas que se hacen en una ciudad, pueblo o región son de índole cultural. Lo bueno de usar la palabra “cultural” es que esta lo abarca casi todo, porque “casi todo” es cultura. El mercado no ha sido ajeno a esta explosión de lo cultural (de hecho creo que ha sido uno de sus valedores) y por ello durante los últimos años una cuota importante del mismo es generada por “lo cultural”. Dentro de este mercado encontramos muchos subsectores y uno de ellos es el de las artes escénicas. Los profesionales de este mundo se reúnen los días 10, 11 y 12 de Febrero en Bilbao, para intercambiar opiniones e intentar dar algunas respuestas a las posibles problemáticas del sector. Le hemos preguntado a Jaume Colomer, comisario de Escenium 2010, sobre algunas de las cuestiones “escénicas” que están en boca de todos estos días.

Alma Natura:  El mercado de las artes escénicas ha crecido mucho en los últimos años. ¿Puede que ese crecimiento se nos haya ido un poco de las manos?
J. Colomer: No, en absoluto. Hemos desarrollado una oferta profesional de calidad y accesible. Y hemos activado la demanda latente al mismo ritmo que íbamos generando oferta. Ahora ya no toca crecer más, sino consolidar y crear demanda.

AN: A pesar del chaparrón de crisis que estamos soportando, el consumo escénico ha seguido creciendo. ¿A que puede deberse esto?
JC: No hay ningún estudio sobre el tema, pero podemos intuir que se ha reducido el gran consumo (los grandes viajes y la compra de coches y aparatos de gran coste) pero los sectores no afectados directamente por la pérdida de trabajo han mantenido el pequeño consumo. Las artes escénicas forman parte del pequeño consumo. Además, es una actividad compensatoria cuando uno se queda en su entorno sin viajar. También hay que tener en cuenta que los públicos habituales de las artes escénicas se han visto menos afectados por la crisis que otros. Estos factores explicativos no son más que hipótesis, pero será determinante ver qué pasa durante el 2010.

AN: ¿La situación internacional de las artes escénicas es similar a la española? ¿O depende hacia que país o región se mire?
JC: Hay países con más tradición que otros. El patrimonio, el valor de contexto, la presencia de las artes en el sistema educativo, la visibilidad en los medios de comunicación, las prácticas amateurs, etc. son el humus donde se desarrolla un sector. Los comportamientos son parecidos en los países desarrollados, pero los niveles de consumo son distintos. Hace tres décadas en España el sector no existía y lo hemos construido a ritmo vertiginoso.

AN: A nivel nacional, ¿Dónde hay más diferencia en oferta y demanda escénica, entre norte y sur o entre centro y periferia?
JC: Las principales diferencias se dan entre zonas metropolitanas y zonas rurales. En España podemos agrupar las CCAA en tres categorías: las grandes metrópolis (CCAA de Madrid y Catalunya donde se concentra la creación y la exhibición), las CCAA con un alto índice de actividad escénica (Andalucía, Valencia, Euskadi, Galicia, Castilla y León…), y las CCAA con poca actividad escénica.

AN: La creación de gran cantidad de oferta escénica ¿Repercute en la calidad de la misma?
JC: No tiene nada que ver. Teóricamente, si hay más cantidad seguramente habrá más calidad. Pero la calidad tiene que ver con la profesionalización y el valor añadido, que en arte hay que buscarlo siempre en la creación. El sector está altamente profesionalizado y el potencial creativo sigue muy alto. También hay que decir que es difícil evaluar la calidad porque hay que establecer primero los cánones artísticos de referencia. Y estamos en tiempos de cambios intensos de todo. Debo decir también que una parte importe de la oferta escénica en España está a la altura de las ofertas internacionales de excelencia.

AN: El funcionamiento del circuito valenciano de teatro ha cambiado y no para bien precisamente. ¿Podríamos encontrarnos ante un peligroso precedente?
JC: Sí, parece que está en proceso de cambio (o de disolución, según comentan). La situación de crisis lleva a tomar, en cada CCAA, medidas específicas que en la mayoría de casos no coinciden con las de las demás. No creo que sea un precedente porque en otras CCAA, al contrario, los circuitos se están reforzando.

Podría decirse que a pesar de que estamos en un momento de cambio, no hay necesidad de ser pesimista, más bien todo lo contrario. Las conclusiones a las que se llegue en Escenium (que esperamos sea más fructífero que la Cumbre de Copenhague) marcarán las líneas a seguir en los próximos años en lo que a las artes escénicas se refiere. Se abre el telón.

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