El feSt 2009 se inauguró con un pasacalles a cargo de la compañía francesa Malabar. La puesta en escena impresionaba. Imaginaos un barco blanco andando por las calles de Sevilla. Sobre el, dos músicos y una chica que cantaba canciones en un idioma inventado. Todo ello aderezado por unos zancudos cuyos vestuarios estaban creados de una forma bastante original. Pirotecnia a pequeña escala y papelillos blancos cerraban la jugada.
Llamaba la atención, hay que reconocerlo, pero más de uno podría pensar: “Me suena a Circo del sol”. Y no le faltaría razón. La estética del pasacalles conducía inevitablemente a pensar en el grupo canadiense. Cirque du Soleil innovó en su momento, dándole una gran vuelta de tuerca al obsoleto concepto de circo, añadiendo elementos y eliminando otros. Innovó tanto que ha creado no sólo una escuela, sino una estética.
Uno ha de ser cuidadoso a la hora de escoger como quiere hacer su espectáculo y pensar detenidamente que si bien se pueden usar elementos ya creados, eso es la historia del arte, siempre hay que dejar un tanto por ciento a la diferencia, a lo que te hace distinto. No se trata de hacer ni más ni mejor, sencillamente se trata de hacer algo que sólo hagas tu. Por supuesto que la compañía Malabar no estaba ni copiando ni plagiando nada, el espectáculo es 100% suyo y de hecho el punto de partida es muy original, pero a la gente le ha calado hondo la estética circosoliense y eso se nota.