Si bien habíamos podido disfrutar del #update6 gracias a la aplicación para ipad, en esta ocasión pudimos hacerlo en vivo y charlar con Alfons acerca de Brain Boost y Co-fest, donde participaremos la próxima semana y gracias al patrocinio de Metalquimia.
Ideas, experiencias, tecnologías y proyectos de negocio alrededor del mundo pasaron a través de diez temas donde el eje central fue la cultura-Co. A continuación os muestro algunas de las ideas trabajadas durante el evento con la aportación personal mía y con la intención de reflexionar para conseguir líneas de trabajo entorno a la transformación.
Vamos a ello…
1.- CO-innovación: “Colaboramos menos de lo que deberíamos”. Conjuntamente es más fácil detectar océanos azules y explorar nuevas realidades híbridas. Utilizar la innovación abierta como un proceso natural que nunca debimos haber perdido. Pero, y las PYMES y pequeñas organizaciones, ¿No hay ejemplos de PYMES que colaboren para producir innovación? Casos de éxito de Co-innovación en grandes empresas hay muchos, citar el claro ejemplo de P&G con “connect and develop”, donde los ciudadanos pueden proponer productos susceptibles de ser incorporados a su oferta o el de Emeco y Coca Cola con su silla 111 Navy Chair, etc.
2.- Somos animales colaborativos. Descubrimientos en el campo de la psicología, sociología, etc. demuestran que el ser humano es más colaborativo y menos egoísta de lo que hemos creído. Más bien, es las dos cosas a la vez, y su comportamiento depende de las condiciones. Construir un sistema colaborativo para los trabajadores de las organizaciones es un procomún en alza que debemos fomentar desde la motivación, la transparencia y el cara a cara. “La evolución de la especie parece favorecer a las personas que cooperan y las sociedades que incluyen a esos individuos”. Ejemplos de éxito es la Wikipedia, el software de código abierto, etc.
3.- Colaborar es un proceso. Y como tal, debe entrenarse con ayuda de personas que faciliten dicho proceso y ayuden a no entrar en el individualismo. ¿Conseguimos colaborar de forma positiva, comenzando por lo que hacemos bien? ¿Nos dejamos llevar por métodos indescifrables hasta caer en el “esto no funciona”? ¿Ayudan o impiden nuestros abogados la colaboración del ganar-ganar? Sin una dosis de generosidad no hay colaboración posible. ¿Está suficientemente explorado y utilizado Internet como herramienta de CO-innovación? Algunos ejemplos: Socialcast, Nearpod y Groupaya.
4.- CO-consumir. No gastar más recursos del planeta no se impone sólo por la acuciante crisis, es una realidad que cambia de forma imparable el paradigma de los ciudadanos de este planeta. Nuevos modelos de consumo donde en lugar de comprar alquilamos, en lugar de tirar regalamos, vendemos o intercambiamos y nuevos estilos de vida colaborativos donde se intercambian bienes (tiempo, espacio, capacidades, etc.). El planeta se reinicia y las personas re-piensan sus hábitos como la única forma de supervivencia y equilibrio posibles. Ejemplos: Zipcar (con diez años de experiencia), swapstyle (compartir ropa y accesorios), nolotiro (te lo regalo, sin condiciones), Repair Café (Talleres de reparación abiertos), etc.
5.- CO-espacio/tiempo. Creo en la empatía como motor de cambio real. Sin ella, los espacios tan de moda en estos momentos denominados co-working y nodos (hubs) pierden realmente la fuerza que los emerge. El lugar como espacio de sociabilización, aprendizaje y conexiones alocadas que pueden traernos nuevas formas de actuar. La hospitalidad como valor que humaniza y alimenta dichos espacios. Consiguiendo diluir el coste del espacio y provocando “conexiones improbables” para la serendipia y la creatividad. Ejemplos mil: Hub Madrid (Centro co-working), Tokyo Sharehouse (vivir y trabajar en el mismo sitio), Startup Bus (Trabajar durante el trayecto en bus sobre un prototipo), etc.
6.- CO-para la innovación social. Mejorar la calidad de vida y satisfacer las necesidades diarias es una responsabilidad que cada vez más organizaciones acometen con ayuda de ONGs. La colaboración para transformar en oportunidades las necesidades de millones de personas podemos verlo en ejemplos como Col-Cocerámica, un fabricante colombiano de cerámica que ha colaborado con una organización de defensa de los derechos humanos o las consejeras Danone (mujeres supervivientes maltratadas que ayudan en la compra de sus productos).
7.- CO-creación. Co-crear no es sólo opinar y participar en un determinado proceso, es hacerlo tu mismo. Bajo esta premisa, numerosas marcas se han tirado a la piscina de la co-creación donde esperan que fieles clientes pidan y hagan lo que quieran. Escoger entre diversas opciones (Munich Sports), sugerir mejoras (Fiat Mio Brasil), diseñar soluciones, proponer productos nuevos, etc. es parte de este forma nueva de comunicarse con las marcas. ¿Si miles de personas votan un diseño por que no fabricarlo? Pero, ¿Y si co-creamos para producir innovación social? ¿Buscar soluciones conjuntamente con personas sensibles ante los retos de la nueva realidad?
8.- El líder colaborativo. Ibarra y Hansen, dos profesores de INSEAD, han demostrado que el viejo sistema de mando está desajustado con respecto a la realidad, y lo más importante, que el modelo en el que se intenta que todos los procesos sean colaborativos tampoco funciona, ya que un exceso de reuniones provoca pérdida de tiempo y dificultades. Por tanto han determinado que un líder colaborativo debe saber conectar personas e ideas, crear modelos de comportamiento colaborativo, gestionar talentos diferentes e intervenir con energía para saber decir ¡Basta!.
9.- inteligencia Colectiva. Juntos somos fuertes pero a veces podemos atontarnos por el exceso de información. ¿Nos permitirán las tecnologías de red construir una mayor inteligencia como resultado de las nuevas conexiones entre nodos? Cuando se garantiza la diversidad y la independencia entre nodos una colectividad llega a un mejor resultado que el individuo según Surowiecki. Cualquier distorsión de esos dos factores pervierte el resultado final. Es decir, según Alfons Cornella “Una multitud unívoca y manipulada no puede tomar una decisión más inteligente que una persona independiente y razonable”.
10.- CO- en la era del procomún. Existen bienes que nos pertenecen a todos/as, aunque el capitalismo feroz haga oídos sordos. Estos deben ser protegidos y gestionados por el bien común (fondo de los océanos, la música de Ludwig van Beethoven, etc.) para que algún día puedan recibirlos las generaciones futuras. No existe comunidad sin un procomún donde asentarse, desgraciadamente sólo cuando percibimos que perderemos un bien le prestamos atención. En la actualidad importantes experiencias de gestión colaborativa del procomún se asientan en la red, ejemplos Goteo y Colaborabora.
Como conclusión debo admitir que el aprendizaje ha sido significativo y que aunque algunos de los ejemplos ya los conocíamos por el trabajo que realiza @concemacias en @almanatura, me ha servido para tomar aire e impulso y ver que muchos de los modelos y procesos que hoy en día se estudian no son más que formas pasadas que a día de hoy siguen sucediendo en muchos entornos rurales (#desdelorural) desde donde trabajamos: La colaboración vecinal, el aprendizaje entre diferentes generaciones, el trabajo duro y el saber parar, la defensa colectiva del procomún, la utilización sólo de los recursos necesarios, etc. son valores intrínsecos que pese a las oportunidades de hoy día siguen favoreciendo y ofreciendo un faro para este a veces descarnado mundo.
Buen trabajo Juanjo desde mi punto de vista. Para mi todo lo que tenga que ver con el co de compartir, colaborar, cooperar tiene un elemento crítico por determinar en todos los casos y que empieza también por co: coordinar. Mientras que la acción ejecutiva en solitario, premiada o castigada según el caso, es propia de las sociedades basadas en conceptos mentales piramidales (como la nuestra) el éxito o fracaso es más fácil de detectar; en contraposición con la sociedad en red, basada en conceptos mentales horizontales y capilares, en los que la acción ejecutiva al tener más agentes sus movimientos son más tardíos. De ahí la necesidad de coordinar. De ahí también que los líderes actuales tengan que ser más colaborativos que ejecutivos. Pero el factor tiempo es clave, de tal manera que la toma de decisiones está directamente relacionada con el número de agentes que actúen en las mismas. A más gente interactuando, las decisiones serán más ricas, pero se pueden retrasar; lo contrario que en el esquema tradicional. Por lo tanto creo que de la coordinación tiene que salir la quintaesencia de la decisiones colectivas más ricas que, respetando las formas y los valores colaborativos, tengan al mismo tiempo la capacidad de implementarse en tiempos competitivos como las decisiones ejecutivas de los organigramas productivos de siempre.
Existen metodologías ágiles que ayudan a la coordinación de redes de colaboración en proyectos. Un ejemplo: SCRUM, aquí puedes descargar libro gratuito en pdf: [http://www.proyectalis.com/wp-content/uploads/2008/02/scrum-y-xp-desde-las-trincheras.pdf]. Lo importante es la fuidez y flexibilidad del equipo. Teresa Oliver la persona que nos contó hace poco a cerca de este tema nos decía lo siguiente: “Las metodologías ágiles consisten en dividir los proyectos en iteraciones cortas, de dos semanas, y entregar valor frecuentemente, de modo que se puedan hacer modificaciones de forma rápida según las peticiones del cliente. No hay jerarquías, los equipos son pequeños, máximo nueve personas, autorganizados, todo el mundo contribuye de igual manera. La relación es de confianza, compromiso, disciplina, transparencia.”
El tiempo siempre puede ser un limitante, pero creo que ya es hora de que nos desmarquemos del “ahora ya” y del “es urgente”.
Muchas gracias por comentar. Abrazos!
Buen trabajo Juanjo desde mi punto de vista. Para mi todo lo que tenga que ver con el co de compartir, colaborar, cooperar tiene un elemento crítico por determinar en todos los casos y que empieza también por co: coordinar. Mientras que la acción ejecutiva en solitario, premiada o castigada según el caso, es propia de las sociedades basadas en conceptos mentales piramidales (como la nuestra) el éxito o fracaso es más fácil de detectar; en contraposición con la sociedad en red, basada en conceptos mentales horizontales y capilares, en los que la acción ejecutiva al tener más agentes sus movimientos son más tardíos. De ahí la necesidad de coordinar. De ahí también que los líderes actuales tengan que ser más colaborativos que ejecutivos. Pero el factor tiempo es clave, de tal manera que la toma de decisiones está directamente relacionada con el número de agentes que actúen en las mismas. A más gente interactuando, las decisiones serán más ricas, pero se pueden retrasar; lo contrario que en el esquema tradicional. Por lo tanto creo que de la coordinación tiene que salir la quintaesencia de la decisiones colectivas más ricas que, respetando las formas y los valores colaborativos, tengan al mismo tiempo la capacidad de implementarse en tiempos competitivos como las decisiones ejecutivas de los organigramas productivos de siempre.
Existen metodologías ágiles que ayudan a la coordinación de redes de colaboración en proyectos. Un ejemplo: SCRUM, aquí puedes descargar libro gratuito en pdf: [http://www.proyectalis.com/wp-content/uploads/2008/02/scrum-y-xp-desde-las-trincheras.pdf]. Lo importante es la fuidez y flexibilidad del equipo. Teresa Oliver la persona que nos contó hace poco a cerca de este tema nos decía lo siguiente: “Las metodologías ágiles consisten en dividir los proyectos en iteraciones cortas, de dos semanas, y entregar valor frecuentemente, de modo que se puedan hacer modificaciones de forma rápida según las peticiones del cliente. No hay jerarquías, los equipos son pequeños, máximo nueve personas, autorganizados, todo el mundo contribuye de igual manera. La relación es de confianza, compromiso, disciplina, transparencia.”
El tiempo siempre puede ser un limitante, pero creo que ya es hora de que nos desmarquemos del “ahora ya” y del “es urgente”.
Muchas gracias por comentar. Abrazos!