Motivación, propósito y viceversa

Primer artículo de Lola Pelayo donde nos habla de motivación y propósito en las organizaciones y la vida personal. No te pierdas ninguno de sus post sobre coaching y desarrollo personal en este blog.

Dicen los teóricos de la inteligencia emocional que la motivación es “el impulso interior que inicia y sostiene cualquier actividad dirigiéndola al logro de un objetivo determinado”. Sí. Es exactamente eso. Y ese impulso, ¿qué lo provoca? ¿Por qué nos motivamos? ¿Qué nos pone en marcha? Una respuesta segura e inevitable a esas preguntas es “tener un propósito”, esto es, conocer “para qué” y no sólo “por qué” hacemos lo que hacemos.

Creo, porque lo he vivido en mí misma y lo he visto en otras personas, que tener propósito motiva mucho y la motivación genera propósitos. Y es tal la potencia motivadora del propósito que no se entiende cómo hay organizaciones que siguen sin dedicar suficiente esfuerzo y recursos a compartir su “para qué” con su gente e involucrar a sus trabajadores con el propósito de la empresa o institución. Quizás sea porque muchas todavía no tienen claro ese “para qué” simple y poderoso que da sentido a su actividad. Y aún menos puedo entender a las organizaciones que han dado el paso para definirlo y pensando que lo comparten, imponen a la plantilla misiones, visiones y valores de obligado cumplimiento. ¿Obligar motiva? Esta pregunta daría para otra entrada del blog…

Es indiscutible que la motivación es un motor

Tener equipos motivados garantiza el compromiso de las personas y el cumplimiento de los objetivos. Saber encender ese motor es, por tanto, una llave maestra para obtener resultados en las organizaciones. Sin embargo, los estudios demuestran que el 83% de los trabajadores en España están desmotivados, se sienten rehenes de sus organizaciones, en lo que se denomina “paro interior”, y fijan conductas pasivas. Se crea un círculo vicioso desde esas actitudes, porque como no aportan, no importan. Vaya tela. Justo importar y poder aportar son dos factores que encienden la motivación de las personas.

¿Qué pasaría si a ese 83% de personas se les comunica claramente el propósito de la organización, se les permite aportar su visión y se consigue que vean como propia la meta organizacional porque, además, está alineada a sus valores? Supongo que al menos algunos encenderían su motivación interna y la organización recuperaría trabajadores proactivos dispuestos a aportar porque han empezado a importar. Y unos pocos de un 83% son muchos, muy valiosos, y muy contagiosos.

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Motivación en la vida personal

Esto que es claro en las organizaciones, es aún más poderoso en la vida personal de cada uno de nosotros. El problema es que nos cuesta mucho más descubrir y fijar nuestros objetivos vitales o propósitos personales que los de las organizaciones o colectivos en los que nos vamos desenvolviendo a lo largo de nuestra vida. Merece mucho la pena pararse un poco a pensar para qué estamos en este mundo, no por qué, no cómo… sino PARA QUÉ vivimos. ¿Te atreves a pensarlo?

Cuando tienes un propósito, las prioridades se ordenan de forma natural, la motivación fluye desde el interior, y los qué y los cómo aparecen más claros. Todo son beneficios. Hay muchas formas de conseguirlo. Conversando contigo mismo, con amigos, con familiares, con profesionales de la psicología o del coaching… Hasta con un desconocido con el que coincides en un viaje de tren. Quién sabe. Todo son posibilidades para el que vive con los ojos abiertos. ¿Los tienes abiertos?

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  1. Hola Lola,

    Completamente de acuerdo con tu post. Todo esto me reafirma más aún en que la motivación es una decisión propia. Lo externo puede ayudar, por supuesto. Y es obvio que un entorno amigable y que se preocupa de las cosas que has reflajado en tu post ayuda, y mucho. Pero siempre siempre tiene que ser un ‘impulso interno’, como has definido.

    Hace un tiempo hice una reflexión complementaria sobre el sentido del trabajo: http://www.train2manage.com/2013/02/05/trabajo-y-sentido/

    Saludos y enhorabuena por el post en particular y el blog en general

    Sergio

  2. Hola Lola,

    Completamente de acuerdo con tu post. Todo esto me reafirma más aún en que la motivación es una decisión propia. Lo externo puede ayudar, por supuesto. Y es obvio que un entorno amigable y que se preocupa de las cosas que has reflajado en tu post ayuda, y mucho. Pero siempre siempre tiene que ser un ‘impulso interno’, como has definido.

    Hace un tiempo hice una reflexión complementaria sobre el sentido del trabajo: http://www.train2manage.com/2013/02/05/trabajo-y-sentido/

    Saludos y enhorabuena por el post en particular y el blog en general

    Sergio

  3. Gracias por compartir Javier! Me encanta tu enfoque de la motivación, la verdadera motivación para mí, que es la interna. Y compartimos completamente la visión de la importancia, para la motivación y para todo, de dar “sentido” a lo que hacemos. Qué potente saber PARA QUÉ hacemos los lo que hacemos, ¿verdad?
    Nos seguimos viendo por estos lares telemáticos. ¡Buen camino!

  4. Gracias por compartir Javier! Me encanta tu enfoque de la motivación, la verdadera motivación para mí, que es la interna. Y compartimos completamente la visión de la importancia, para la motivación y para todo, de dar “sentido” a lo que hacemos. Qué potente saber PARA QUÉ hacemos los lo que hacemos, ¿verdad?
    Nos seguimos viendo por estos lares telemáticos. ¡Buen camino!

  5. importar y aportar son dos factores que encienden la motivación de las personas. Si vemos esta reflexión podemos entender que la motivación necesita de un disparador, que puede ser interno o externo. se necesita de un quiebre que haga reflexionar ese estar siendo, ese quiebre lo puede generar una situación, una conversación con alguien que te saque de ese estar siendo en automático o en transparencia, la motivación tan-bien necesita de un propósito, sin un propósito creo que no existe el motivo para motivarse.

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