Antes de proponeros una forma de identificar vuestros talentos, me gustaría compartir una reflexión. Ayer leía en Facebook una historia breve de esas virales que me encantó y que viene al pelo. No puedo recordar su autor, perdonadme. El caso es que un profesor le decía a unos padres: su hijo es un fuera de serie dibujando e imaginando historias, y le cuesta un poco aprobar las matemáticas, ¿qué van a hacer? Los padres se apresuraron a decir que buscarían urgentemente un profesor de matemáticas para su hijo. El profesor se indignó un poco y les dijo: búsquenle mejor un buen profesor de dibujo que desarrolle todo su potencial.
¿Qué vas a hacer cuándo te analices en tus puntos fuertes y sin poder evitarlo veas los débiles? Lo ideal es, si te sirve, apoyarte en tus fortalezas para crecer desde ellas, y si al objetivo concreto que te propones en la vida le viene bien tus talentos mucho mejor. Y ante una debilidad, antes de esforzarte por esforzarte y perder energía sin sentido, lo suyo sería preguntarte: ¿es vital? ¿Cuánto necesito eso que se me da regular en lo que quiero? Y si es poco o nada al menos yo me acepto y lo dejo estar, y hasta me permito pedir ayuda y todo.
El talento es eso que te hace diferente, y además, si te lo dedicas a ti y a tus objetivos vitales, ya sean personales o profesionales, es lo que te garantiza el éxito. Porque las personas que tienen éxito se apoyan en sus fortalezas. Abro aquí espacio para recomendar una lectura, El Elemento de Ken Robinson. Habla precisamente de esto. A mí me lo recomendó una persona generosa -gracias Ike– y lo encontré inspirador.
En busca de tu talento
Para encontrar tus talentos lo primero es creer que los tienes. ¿Antes de saber cuáles son? Pues sí, antes, porque no puedes identificar lo que no estás seguro de que existe. ¿Tienes talento? Yo te aseguro que sí.
Un talento es eso que se te da bien desde siempre, en cualquier ámbito de tu vida, puede que ni te acuerdes desde cuándo lo utilizas, una habilidad que te resulta muy fácil, y cuando la identificas, puedes decir un montón de situaciones en los que te ha servido bien.
Un talento es una habilidad tuya que los demás ven claramente y suelen apreciar o envidiar, vete tú a saber, pero te lo dicen distintas personas y en distintos ambientes. Y además, para mí hay una clave muy importante, un talento te genera placer al ponerlo en práctica, te hace sentir bien.
Junta todas las claves. ¿Ya se te ocurre alguno? Pues vamos a por más. Coge papel y boli, apunta ese que ya has pensado y sigue.
Piensa en tu infancia, en tu adolescencia, en tu juventud. Anota esas cosas que hacías genial y te encantaba hacer. Esos momentos en los que concentrarte era fácil y perdías la noción del tiempo. Seguramente te vendrán a la memoria situaciones concretas. No importa. ¿Qué hacías? ¿Cómo lo hacías? ¿En qué situaciones? No seas tacaño contigo, y piensa varias.
Ahora piensa y escribe lo que los demás decían de ti habitualmente. ¿Qué cualidad o competencia te reconocían a menudo de niño o jovencito? ¿Aún te lo siguen diciendo? ¿Qué habilidad suelen destacar de ti las personas que te conocen? Pregúntale si quieres a algunas personas.
[Tweet “Para reconocer tus talentos comienza pensando en lo que disfrutas haciendo.”]
Podría ser que ya estés viendo coincidencias que te pueden resultar reveladoras. Te toca el turno a ti contigo.
Apunta ahora sin ningún tipo de pudor al menos cuatro o cinco cualidades o puntos fuertes que tienes. ¿Tienes más? ¡Genial! Busca esos recursos tuyos con los que resuelves satisfactoriamente los momentos difíciles, o esos con los que sientes que más aportas al trabajo, a tu familia, a tu entorno de amigos.
Sigue, que hay mucho más dentro de ti. Piensa y anota ahora las cosas que se te dan bien, esas que aprendes rápido sin mucho esfuerzo, que te resultan fáciles.
Te habrá salido una lista de puntos fuertes, habilidades, competencias, cualidades… ¿Son tus talentos? No. Te queda cribarlos. A cada ítem de tu lista hazle cinco preguntas que se refieren a las cinco características de un talento tal y como hemos definimos en este post.
- ¿Es una cualidad innata en ti? Incluso si lo has descubierto relativamente tarde, ¿es algo con lo que venías de serie?
- ¿Te resulta fácil y no te cuesta apenas esfuerzo?
- ¿Puedes dar fácilmente muchos ejemplos de cuándo lo utilizas?
- ¿Los demás te lo han reconocido en bastantes ocasiones?
- Y lo más importante, ¿disfrutas haciéndolo?
Tus talentos son esos a los que en todas las ocasiones has respondido sí. Enhorabuena porque además has identificado y escrito otras fortalezas en este proceso. Tu confianza en ti mismo ya te lo está agradeciendo. Quedan dos preguntas más: ¿Estás entrenando tus talentos? ¿Estás usando esos talentos para lo que quieres conseguir?
Recuerda en cualquier caso que esto no es magia. Poner tus talentos al servicio de tus objetivos te lo pone más fácil, que no es poco, pero el talento sin la habilidad es como tener un Ferrari a pedales. Así que merece la pena entrenar tus talentos, y desarrollarte desde lo que te diferencia. ¿Qué talento vas a empezar a entrenar? ¿En beneficio de qué objetivo? Y ¿cuándo?
¿Te gustaría recibir más información sobre herramientas para desarrollar tus talentos? ¡Pulsa Aquí!
Foto destacada: pexels.com