¿Qué es el COVID-19?
Tal y como nos indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus (CoV) son una gran familia de virus que causan enfermedades que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves.
El SARS-CoV-2 es un nuevo tipo de coronavirus, detectado por primera vez en diciembre de 2019, que afecta a personas y produce la enfermedad COVID-19. Actualmente en España, y desde el pasado sábado, nos encontramos en estado de alarma. Esta situación limita el movimiento de los ciudadanos con el fin de afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por el COVID-19.
¿Cuál es el escenario actual del sistema de sanidad en las zonas rurales?
Una de las principales amenazas de este virus es la alta capacidad de propagación que tiene, lo que supone un riesgo para el sistema de sanidad pudiendo llegar a colapsar como ha ocurrido en otros países.
Es por ello que tenemos que tener especial cuidado en las zonas rurales, donde los servicios sanitarios se han visto reducido en los últimos años y además son zonas donde un gran porcentaje de la población se encuentra en el grupo de riesgo debido a su edad avanzada. Los vecinos de Guzmán (Burgos) retratan con humor la realidad de la sanidad en las zonas rurales a través de una miniserie de cine mudo realizada por los propios vecinos, Sanidad Rural, donde van reflejando las situaciones a las que se enfrentan.
Algunas de las carencias que muestran estos vecinos son:
- Deficiencia de médicos y enfermeros dispuestos a marcharse a las zonas rurales a trabajar. La falta de incentivos y precariedad de contratos para ejercer en este medio dificulta su elección.
- Horario reducidos de atención médica debido a que el equipo médico tienen que atender a varias localidades, lo cual genera una lista de espera con poco movimiento.
- En las zonas más alejadas, el centro de salud dónde se encuentran los médicos especialistas como el pediatría, se encuentran a gran distancia del municipio. Lo cual, combinado con la falta de transporte público dificulta el acceso a esta atención sanitaria.
- Escasez de ambulancias. Ante emergencias, la respuesta es muy lenta.
- La falta de una conexión estable y fuerte dificultad realizar gestiones, por ejemplo el uso de la receta electrónica o acceder de forma correcta a la historia clínica del paciente.
A todo esto, se le une la situación crítica que sufren las farmacias en las áreas rurales debida mayormente al hecho de que el marco legal que incide en la gestión de estas oficinas no se adapta a su realidad y sus necesidades. En muchos municipios, los trabajadores de la farmacia son el único profesional sanitario que se encuentra de manera continuada en estas poblaciones, hecho que hace que la farmacia tome las funciones de un centro sociosanitario.
Medidas para mejorar los servicios de salud en zonas rurales
- Incentivos económicos y sociales y la rotación de los Médicos Internos Residentes (MIR) en estas zonas. Se considera que es necesario que los MIR conozcan esta parte de la sanidad del país, ya que casi el 90% de los núcleos poblacionales de España son pequeños y el tipo de paciente es diferente al de una ciudad.
- Trabajar en la mejora de los recursos y de las condiciones laborales en los consultorios rurales, uniendo esfuerzos para que se dé una situación de verdadera equidad.
- Construcción de nuevas infraestructuras de comunicación con el fin de garantizar la accesibilidad y conectividad territorial.
- Desde el punto de vista del sistema farmacéutico, se propone renovar el mapa de las zonas farmacéuticas, remunerar las guardias o rebajar la carga fiscal.
Algunas de estas medidas ya se han barajado en la agenda política en relación al reto demográfico, aunque ante la situación que vivimos serán acciones que tengan que esperar hasta que superemos esta enfermedad.
Si algo bueno podemos sacar de esta situación, es que la batalla contra el coronavirus nos hará valorar aún más el sistema de sanidad que tenemos y, una vez superada, nos permitirá centrarnos en reformarlo como es debido.
Por el momento, está en las manos de todos parar la propagación del virus cumpliendo con las recomendaciones de seguridad. Hay que mantenerse actualizado, estamos en constante cambio y estas medidas de seguridad van a ir variando. Pero aún más importante es utilizar una fuente fiable de información para saber qué medidas son las correctas.
Es duro quedarse en casa, y más aún cuando vivimos en un mundo en el que la mayoría llevamos un ritmo frenético y usamos nuestras casas únicamente para suplir las necesidades básicas del ser humano. Estaría bien que nos tomemos estos días de cuarentena para hacer retrospectiva de lo que somos y en qué nos queremos convertir. Tenemos la oportunidad de construir un mundo nuevo, utilicemos este periodo de reflexión (aunque sea obligada) para empezar a construir los cimientos de esta nueva realidad.
¿Qué hacemos desde AlmaNatura para luchar contra el coronavirus?
Lo más importante, tenemos todo el poder de controlar la situación quedándonos en casa y saliendo para lo estrictamente necesario, nuestros equipos de gestión hacen teletrabajo desde hace una semana. También vemos la necesidad de informar de forma clara a las miles de personas mayores que se encuentran en nuestros pueblos, ya que muchas de ellas se encuentran muy asustadas y abrumadas por la situación (les conecta a otras muchas situaciones que por desgracia tuvieron que vivir). En muchos casos dejamos en manos de la tecnología la información, pero existe un gran segmento de personas que no la utilizan o la utilizan mal. Por eso es importante que empaticemos con estas personas y le expliquemos con ayuda la situación que se está viviendo, con sus palabras y con calma.
¡Ánimo, sólo juntos conseguiremos la victoria!
La incongruencia en la protección contra el coronavirus es que desconocemos la cultura, la condición del contexto y de las familias, así como ignoramos la situación de las familias en la ruralidad, así como también si miramos que no hay recursos para cubrir estas áreas entonces podemos aprovechar los recursos bioticos para la salud y cuando hablo de recursos son y somos todos, hacer cadenas de apoyo y capacitación para reaprovechar dichos recursos en las localidades y así podemos ser sustentables con la flora, fauna, rituales y terapeutas de la medicina ancestral, complementaria, tradicional, contemporánea complementaria, por tanto te incluyes, reconoces y te haces sustentable con acciones congruentes e inclusivas, la alopatia no lo es todo, un temazcal te puede ayudar a prevenir la muerte por coronovirus si leemos o investigamos podemos crear programas de autosustentabilidad en el autocuidado para la salud.
Muchas gracias por tus aportaciones Rosalba! Coincido contigo en que crear redes y apoyarnos uno a otros nos hará superar antes esta situación.
Buenas. Un artículo realmente interesante.
Me gustaría comentar algo: Veréis, la gente que vivimos en “zona rural”, somos gente (en su gran mayoría) que en su día nos MUDAMOS buscando la calma y la tranquilidad de los pueblos (o algunas Aldeas, más bien). Vivir un dichas zonas, tiene sus riesgos: Condiciones climáticas adversas (frío, nieve, etc), soledad, aislamiento, “todo muy lejos”, entre otras…Pero es lo que vinimos buscando y es el precio que tenemos que pagar por vivir así, pero nos gusta y nos quedamos. Ahora bien, el problema viene en las temporadas de vacaciones, fin de semanas, puentes, etc. Llegan los “domingueros” y no respetan a los que vivimos, trabajamos y mantenemos el lugar rural. Si bien algun@s, fueron del lugar antaño, pero ante las condiciones de vida dichas antes, huyeron hacia las grandes capitales, dejando el lugar “morir”. Por suerte para estos sitios en abandono, llegamos los “nuevos colonos”, gente que huimos del ajetreo diario de la Ciudad buscando lo dicho. Durante el invierno solemos estar en Paz y armonía con nuestr@s vecin@s (si es que lo hay), pero el problema llega con los “Invasores Domingueros”, que se creen que aquello es suyo y no les importar que tengas que madrugar, trabajar o tus hijos estudiar y se necesita descansar. Llegan alborotando el lugar, armando escándalo y molestado a l@s que SÍ VIVIMOS ALLÍ TODO EL AÑO. Cuando al final ya no puedes más y vas para hablar de forma educada, pidiendo por favor que respeten el descanso de sus vecin@s, te espetan en la cara que ell@s son del pueblo más que tú y que harán lo que les de la gana, algun@s con tonos prepotentes, otr@s con palabras pasadas de tono y l@s demás ya se pasan y te “berrean” cosas carentes de educación. Esta gente tiene estas viviendas como SEGUNDAS RESIDENCIAS, la gran (por no decir tod@s) ni siquiera están empadronados en la zona rural y hacen que tu vida sea al final imposible de vivir.
Las personas que vivimos todo el año (tenemos vivienda habitual y no segunda residencia) somos l@s que nos preocupamos de cuidar y mantener el lugar en condiciones óptimas para poder vivir, pero parece que somos “sus esclavos” y estamos allí para “preparar” el lugar a su llegada. Nadie hace nada, ni el Ayuntamiento, ni la Diputación ni la Comunidad, sencillamente (si te responden) te dicen “es lo que hay”. Creo que debemos ser más civilizados y no tan “salvajes”. En plena situación de Emergencias Sanitaria, como este Estado de Alarma Sanitario, hemos visto como en las Zonas Rurales, llegaban en masas, dichos individuos y seguían “liandola” sin respetar las normas sanitarias de cumplimiento obligatorio de Gobierno de España. Gracias a ello, muy a mi pesar de haber cumplido TODAS y cada una de dichas normas (distancias, mascarillas, higiene con productos adecuados, etc) he sufrido la enfermedad en mi familia, mi marido y mi hija se contagiaron por culpa de esta gente que no respeto nada y al final nos vimos afectados. Actualmente están ingresados ambos y no puedo bajar a verles. Vivo aislada, con pocas noticias de mi familia, con la esperanza que sean de l@s afortunad@s que lo superen. Y sí, para el/la que se lo pregunte, sí, se llamo al 112, Guardia Civil y Policía Nacional en muy numerosas ocasiones, pero nunca aparecieron por la zona, por lo que siguió viniendo gente y más gente, sin control, a pesar de que todo empezó cuando aun, ni siquiera, empezara todo este tema de las fases. Cuando entraron las fases, fue peor y ahora será peor.
No sabemos que hacer. Entre la impotencia, la rabia y la tristeza de ver que nadie respeta a nadie, que tu familia se ve afectada por culpa de gente sin conocimiento de causa, ante la pasividad Gubernamental, policial y local…No entiendo como podemos hacernos esto, entre vecinos, pues nadie los depreció antes muy a pesar del desprecio que ell@s nos mostraron antes sin respetarnos, para ell@s están de vacaciones y les importamos una mier…coles, que nosotr@s no estemos de vacaciones, si no con nuestro día a día, laboral y familiar, que tenemos que madrugar para trabajar, que nuestr@s hij@s estudian (y much@s por la noche o de madrugada)…pero que más les das las normas de convivencia, si en un lugar como este, no hay LEY ni CASTIGO…
Ante tales hechos, espero que alguien se conciencie y vea la realidad de su alrededor, que no viven sol@s y que tanto que rechazan a los extranjeros que dicen les vienen a robar sus vidas, ell@s están siendo peores, pues nos roban vidas, salud, “día a día” y más… A ver cuando este, nuestro GRAN PAÍS, atendemos a la realidad de la ZONA RURAL y no a la “palabrería” política que en vez ayudar, solo nos daña más. Con orgullo, después de mucho años puedo decir “SOY RURAL”, yo respeto mi pueblo y su gente, pero no respeto al que viene a dañarnos (ell@s no nos respetan):
¡POR UNA ZONA RURAL LIBRE Y NATURAL!
Hola Estefanía.
Muchas gracias por compartir tu historia con nosotros, refleja una realidad que es importante dar a conocer. Queda mucho trabajo por hacer para hacerle entender a la gente que los pueblos no pueden ser como un parque de atracciones, y el turismo rural tiene que construirse desde el respeto hacía todos los habitantes como al entorno.
Le deseamos lo mejor a tu hija y marido, esperamos que pronto podáis estar todo juntos en casa.