Acortar la brecha digital en el rural para construir un puente regenerativo al futuro que soñamos

Cerrar la brecha digital rural es resignificar la tecnología desde el arraigo. En AlmaNatura lo hacemos soñando, planificando, actuando y celebrando en comunidad.

Para explicarte mejor cómo trabajamos para acercar la tecnología y la digitalización al medio rural, nos gustaría presentarte el enfoque de Dragon Dreaming, creado por el australiano John Croft. Esta metodología para el diseño de proyectos regenerativos se inspira en la sabiduría ancestral de los pueblos originarios de Australia Occidental (y de otras perspectivas como la ecología profunda y la teoría de sistemas vivos) y está basada en tres objetivos fundamentales: cuidar la Tierra, construir comunidad y fomentar el crecimiento personal.

La filosofía Dragon Dreaming propone una manera de trabajar que parte del soñar colectivamente, planificar desde la escucha profunda, actuar con sentido y celebrar como parte del camino. Además, nos recuerda que todo sueño necesita morir como sueño individual para renacer como sueño colectivo.

Hoy este enfoque nos sirve para compartir contigo la esencia con la que abordamos nuestros ejes de intervención desde los primeros pasos: salud, educación, empleo, y aquí en particular, el uso de la tecnología. 

Lo primero es el sueño compartido: resignificar la tecnología   

La brecha digital es mucho más que una cuestión de acceso a internet o de disponer de un teléfono inteligente, se trata de desarrollar conocimientos y habilidades para el uso cotidiano de la tecnología; pero lo más importante incluso da un paso más y se propone construir significado a partir de la apropiación de la tecnología en las personas. 

Esto sin olvidar que hablamos de una brecha que no se limita al plano tecnológico. Hay brechas generacionales, de género, educativas y empresariales que condicionan la manera en que las personas se relacionan con el mundo digital.

En el capítulo sobre tecnología de nuestra serie de artículos “Esenciales AlmaNatura: Innovación rural desde dentro” ya compartimos estas ideas y señalamos algunos de los retos que agudizan esta problemática: personas mayores que quedan excluidas por no saber cómo operar una cuenta bancaria online; jóvenes con vocaciones alineadas a los nuevos yacimientos de empleo que ven frustradas sus oportunidades porque su escuela no cuentan con conectividad o profesorado preparado en competencias digitales; negocios familiares que enfrentan digitalizaciones impuestas o pierden las ventajas de la digitalización por no disponer de acompañamiento ni formación poniendo en jaque su continuidad (y no tan a largo plazo). 

Por eso, desde AlmaNatura soñamos con un rural donde la tecnología no se siente lejana, sino que tiene sentido en el día a día de nuestra gente. Donde conectarse no es un privilegio, sino una herramienta para sembrar arraigo, comunidad y multiplicar posibilidades de reactivación. 

Soñamos con pueblos donde las personas de todas las edades puedan usar lo digital para aprender, trabajar y con ello, mejorar su calidad de vida.

Ese sueño ha estado siempre en el propósito de AlmaNatura. Y como todo sueño que merece ser vivido, necesita ser compartido, diseñado en comunidad, y adaptado a la realidad del territorio.

Planificar, pero desde la inteligencia colectiva 

Desde AlmaNatura entendimos desde el principio que la solución no podía ser solo llevar ordenadores o antenas. Lo fundamental es proponer respuestas para promover la apropiación significativa de la tecnología. Esto se traduce en planificar las mejores maneras para asegurar el acceso, pero también para enseñar, acompañar, y sobre todo, adaptar las herramientas digitales a las realidades de cada territorio.

En concreto, implica ampliar nuestra comprensión de lo que es la tecnología aplicada a nuevas formas de gestionar una granja, acceder a formación online, utilizar un sistema de pagos móviles o acceder a un asesoramiento remoto. Esto significa, diseñar acciones que faciliten el aprovechamiento práctico del conocimiento y mejoren la calidad de vida en el territorio.

Por eso, durante todos estos años, hemos participado -y mejor aún, generado- espacios de escucha que nos permiten co-diseñar iniciativas para que la tecnología no sea una imposición, sino una aliada. Nuestra primera gran cosecha fue el programa Rural TIC que comenzamos en 2013 y que aún hoy en la actualizad sigue en marcha. Fue el primero de nuestros proyectos en alianza y fue gracias al impulso de la Fundación Vodafone donde ayudamos a alfabetizar digitalmente a más de 5.000 personas mayores en 152 municipios de Huelva, Sevilla y Huesca.

Esta iniciativa ya nos mostraba que no basta con conseguir “que las personas se conecten a internet”, sino que hay que estar ahí, paso a paso, generando confianza, con talleres, dinámicas y una escucha activa de las necesidades reales para que se apropien de la experiencia digital.

El siguiente paso: actuar con valentía, voluntad y propósito

Casi una década después de Rural TIC, seguimos viviendo la brecha digital como un gran desafío en el rural: muchas zonas donde la conectividad es deficiente o nula; comunidades enteras donde las soluciones tecnológicas que se diseñan en las ciudades simplemente no funcionan.

También hemos visto cómo la digitalización impuesta desde fuera, sin diálogo ni sensibilidad, genera rechazo. Porque cuando la tecnología no respeta los tiempos, los ritmos ni la cultura del territorio, deja de ser útil…, deja de tener significado. Pero para luchar contra esto, esta semana dimos otro paso: nuestro primer retiro sobre inteligencia artificial donde 16 personas del rural compartieron cómo sueñan su relación con la IA, desde la ética, el arraigo y el buen vivir. Sin presiones ni cortina de humo digital.

“La tecnología puede mejorar la vida en el medio rural, puede ofrecer empleo a personas con escasas oportunidades debido al entorno en el que se encuentran. Un derecho de cualquier ciudadano que a veces pasa desapercibido en el entorno rural, sobretodo con nuestros jóvenes”.

Y esto es sólo la punta del ovillo…, porque aquí algo se está horneando. Un proyecto que honra nuestros inicios y amplía nuestro horizonte. Que nos hace caminar entre generaciones, saberes y posibilidades. Que teje con hilos de historia y de futuro. Un puente regenerativo hacia la inclusión digital cada vez más plena y significativa. ¡De la inteligencia artificial, a la inteligencia rural!

Eso sí, celebramos cada paso como parte del camino

Uno de los mayores aprendizajes que hemos tenido en estos casi 30 años es que nada se logra en solitario, que soñar con otras personas amplifica el valor de las acciones que generamos. 

La transformación digital del rural necesita de alianzas público-privadas entre empresas comprometidas, instituciones valientes y personas inquietas. Requiere de una red de apoyo que escuche, acompañe y celebre cada avance, por pequeño que sea.

En AlmaNatura celebramos cada nuevo vínculo, cada persona emprendedora que descubre que puede usar una app para su negocio, cada adolescente que aprende a programar en su escuela rural. Celebramos el coraje, el cuidado, la confianza y la comunidad. Celebramos nuestros pueblos vivos.  

Sabemos que acortar la brecha digital es un trabajo desafiante y tenemos la certeza de que si colaboramos podemos acortarla un poquito cada día. En AlmaNatura queremos invitarte a ser parte de lo que hacemos y de lo que se viene. ¡Te necesitamos!

¡Descubre nuestros proyectos!

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