Continuamos con las reflexiones de mi post anterior donde se plantea la relación entre los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible con nuestro propósito como empresa social: la Fijación de Población Rural.
Objetivo 8: Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos
Si hablamos de desempleo y nivel de salarios, las zonas rurales presentan niveles muy alejados de las medias nacionales, siendo la falta de oportunidades y las condiciones laborales precarias una de las principales razones de abandono del medio rural. De hecho, según la última Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada (para el año 2015), el mapa de Comunidades Autónomas más rurales como Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha, Aragón o Andalucía, presentan salarios medios muy por debajo de la media nacional (23106,30€). Eso unido a la necesidad imperante de mantener un desarrollo económico sostenible, hace de las zonas rurales un buen campo de prueba para instaurar políticas de inversión en I+D+i aprovechando el conocimiento tradicional en sectores como el artesanal, agrícola o ganadero o incluso las nuevas telecomunicaciones para aprovechar el potencial de los pueblos y reducir la brecha salarial e incentivar la generación de valor desde cualquier lugar.
Objetivo 9: Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación
El mayor hándicap de vivir en un pueblo siempre pasa por la escasez de infraestructuras de todo tipo y en las dificultades que presenta el emprendimiento, y la vida, en general, en dichos territorios. Una inversión en infraestructuras de transporte, telecomunicaciones, servicios básicos (educación, sanidad, administración general,..) disponibles para la población rural ayudaría a la fijación de la población, su integración y fomentaría la localización de las empresas y profesionales en dichos lugares. Es más, en España casi 3000 localidades no alcanzan una conexión a internet de 10MB, herramienta esencial para el desarrollo de las comarcas.
Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países
Como comentábamos en el objetivo anterior, las naciones y zonas más interiores (mayoritariamente rurales) siguen sufriendo grandes desigualdades y grandes disparidades en el acceso a los servicios sanitarios y educativos y a otros bienes productivos. Sin embargo, no debemos olvidar que España, pertenece al lado “amable” de la globalización, donde las zonas rurales de los países menos desarrollados son más abundantes y persisten unas condiciones de vida realmente duras. Apostar por la promoción de lo rural, fijar a su población y aumentar su valor, puede servir de ejemplo o de modelo para apoyar el desarrollo de otros países. Cabe destacar aquí la Cooperación Internacional Local, que puede jugar un papel crucial debido a la cercanía a la población, además de aprovechar la solidaridad y compromiso de los municipios. Destacar que bajo esos principios nace la Federación Andaluza de Municipios para la Solidaridad Internacional, plataforma de cooperación internacional a nivel local.
Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles
Este objetivo aboga por el crecimiento sostenible de las ciudades principalmente haciendo hincapié en los problemas más comunes de las grandes aglomeraciones urbanas como con la congestión, colapso de servicios, escasez de vivienda, contaminación y deterioro del medio. Ya lo dice Joan Clos, exalcalde de Barcelona y actual director de la Agencia de las Naciones Unidas para la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible, al creer que las nuevas tecnologías de la información propiciarían la deslocalización de esos empleos. Sin embargo, ha ocurrido exactamente lo contrario, se ha producido una concentración masiva de la población en ciudades. El incentivo a la la repoblación rural cobra vital importancia en un contexto de crecimiento insostenible. Fijar a la población rural, así como atraer a nuevas personas que habiten los pueblos, es la solución más lógica que nos podemos encontrar para evitar esas problemáticas en las ciudades.
Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles
Según la Agenda 2020 de la Junta de Andalucía, la región se está posicionando en los últimos años como región líder en agricultura ecológica más sostenible, que permite reducir los impactos ambientales negativos y ayuda a la conservación de los recursos naturales. Sin embargo el sector encuentra dificultades como la pequeña dimensión de los negocios o la necesidad de investigación y formación, lo cual pone en el punto de mira de nuevo la necesidad de invertir en las zonas rurales como centro de conocimiento para un tipo de actividad cada día más demandada por la población, en lugar de trasladar el valor añadido en las ciudades lejos de las zonas de producción.
Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos
Ya nuestro compañero Isra Manzano mencionaba el año pasado las principales consecuencias que tiene el cambio climático en el planeta, en general, y en los entornos rurales, en particular. De ellos destacamos la gran labor de los parques naturales, comarcas y otras entidades en la conservación del medio y de la fauna autóctona, trabajo que en muchas ocasiones carece de recursos suficientes para ser llevado a cabo. Fijar a la población significa aumentar el número de personas que se preocupan por lo que les rodea, promover que cada vez sean más personas que viven en una mejor consonancia con la naturaleza y que sepan el valor que tiene el medio natural en nuestro día a días, ayudando además a que se compense la huella ecológica que el medio urbano provoca.
Objetivo 14: Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible
El identificar las zonas rurales con interiores, no podemos olvidarnos del litoral, sobre todo en el que el sector pesquero sigue siendo una fuente importante de ingresos y empleo. Al igual que ocurre con la agricultura ecológica, la Comisión Europea está dando pasos en firme para el fomento de las artes tradicionales de pesca, mucho menos invasivas y que permiten la correcta recuperación de los caladeros.
Objetivo 15: Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad.
Si nos habéis leido mucho, sabréis que muchas veces hemos dicho que si las personas se van de los territorios rurales el bosque mediterráneo se abandona y con ello se provocan graves incendios y pérdida de masa forestal. Al igual que lo comentado en el objetivo 13, esto provoca que se reduzca la compensación de huella ecológica que consigue el mundo rural respecto al urbano. Después del verano desolador de incendios en toda la península ibérica, vecinos de las localidades gallegas afectadas inciden en la importancia de la despoblación rural y abandono de los campos ya que se deja el monte y los bosques a merced de las llamas.
Objetivo 16: Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas
En un contexto de deslocalización de la producción, inseguridad alimentaria y corrupción sistémica se hace absolutamente necesaria la participación activa de la población en dichos asuntos es el punto de partida para exigir responsabilidades y redirigir el rumbo de nuestra sociedad. En los últimos años estamos viendo como se desarrollan conceptos como la “democracia participativa”, dentro de los cuales están los presupuestos participativos o el asociacionismo, proyectos de participación desde la infancia, e incluso la toma en conciencia de las empresas de su papel como agentes activos de cambio (responsabilidad social corporativa). En un contexto de menos barreras entre los agentes sociales como es en lo rural, la exigencia de responsabilidad y participación se hace mucho más intensa y son un tubo de ensayo ideal para lograr comunidades más justas, pacíficas e inclusivas.
Objetivo 17: Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible
Este último objetivo es un poco más abstracto y alejado del ámbito rural ya que supone una mayor la voluntad de las administraciones e instituciones internacionales en el cumplimiento de todos los ODS, solo así se conseguirá un avance relevante para su consecución. Sin embargo, como hemos podido observar a lo largo de todos los objetivos, es necesario fomentar la cooperación entre todos los agentes, esto incluye a las administraciones locales y a los habitantes de todo el planeta los cuales debemos demandar que los medios y estrategias de desarrollo no dejen en un segundo lado a las zonas rurales.
En definitiva, vemos como las zonas rurales presentan necesidades específicas pero que a su vez disponen de una serie de fortalezas y oportunidades que pueden ser un terreno de juego muy valioso para la consecución de los ODS.