Acaba de finalizar la COP 28 en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
Las reuniones comenzaron el 30 de noviembre y se prolongarán hasta ayer 12 de diciembre de 2023. Casi dos semanas de conversaciones de las que debieran salir políticas claras para combatir y mitigar el cambio climático.
En los pueblos también podemos participar de este proceso: en este artículo explicaremos qué retos medioambientales deben afrontarse teniendo en cuenta al mundo rural.
Qué es la COP 28
Se llama COP 28 a la vigesimoctava reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático. En concreto, es la llamada “Conferencia de las Partes”, pues reúne a casi la totalidad de los estados del mundo, además de organizaciones y empresas.
Esta conferencia es convocada por la secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que fue creada en 1992 a la vez que se firmaba dicha convención.
Esta secretaría es la encargada de apoyar la respuesta mundial contra la amenaza del cambio climático y de velar por el cumplimiento de dos acuerdos fundamentales en la consecución de este objetivo:
- El Acuerdo de París (2015), cuyo principal propósito es “mantener el aumento de la temperatura media mundial en este siglo lo más cerca posible de 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales”.
- Y el Protocolo de Kioto (1997), que comprometía a los países industrializados “a limitar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de conformidad con las metas individuales acordadas”.
A través de esta reunión se pretende hacer un seguimiento de dichos objetivos, involucrando a todas las partes implicadas (tanto Estados como empresas y organizaciones).
Por qué es importante la COP 28
Desde hace algunos años las Conferencias de las Partes (COP) están en entredicho debido, principalmente, a las tímidas medidas acordadas al acabar las reuniones.
A eso hay que añadirle otras cuestiones, como los lugares elegidos para la celebración, los medios para trasladar y avituallar a miles de personas o algunos desacuerdos con la comunidad científica.
No obstante, millones de personas en el mundo están pendientes de esta reunión, especialmente en los países del Sur Global. Ellos son los más afectados por las consecuencias del cambio climático y también los que menos participación han tenido en el proceso de carbonización de la atmósfera.
Están pendientes porque en ella se hablará sobre dos temas cruciales relacionados con el cambio climático y que les afectarán directamente:
- La necesidad de acelerar la transición energética para poder mantener el objetivo de temperatura del Acuerdo de París: hablaremos de ello posteriormente.
- La elaboración de un Balance Mundial. Este balance será un informe en el que todas las partes vean en qué aspectos están avanzando hacia el objetivo del Acuerdo de París, y en qué aspectos no. El primer Balance Mundial se ha llevado a cabo al concluir la COP 28 y es crucial para asegurar que esta es la década de la acción climática.
4 retos de la COP 28 que se pueden abordar involucrando al mundo rural
De todos los objetivos que tiene la COP 28, así como de las peticiones y expectativas que tienen las partes implicadas, hemos seleccionado cuatro retos en los que se debe involucrar al mundo rural.
Reto 1. Acelerar la transición energética y reducir drásticamente las emisiones para 2030
- Extraído de la Carta del Presidente de la COP a las partes, julio 2023
En julio de 2023, el Presidente de la COP señaló a las partes participantes que hacía falta un cambio de paradigma respecto a la transición energética: debía acelerarse el proceso y reducir de manera contundente las emisiones antes de 2030.
Para ello es necesario cambiar los combustibles fósiles por energías limpias y renovables.
En este aspecto, el mundo rural tiene mucho que decir. Gran parte de las instalaciones de energía solar y eólica se instalan en territorio rural, y pueden generar conflictos con los habitantes de esas zonas.
El desafío, en este caso, consiste en conseguir que esos procesos se lleven a cabo de la mano de los municipios rurales. Debe dejarse espacio para los cultivos, la ganadería y el resto de modos de vida, siempre teniendo en cuenta todas las posturas y distribuyendo beneficios.
Otra oportunidad que ofrece el rural es la creación de comunidades energéticas de autoconsumo, como esta que se está implementando en Arroyomolinos de León (Huelva), nuestro pueblo. Se trata de una alianza público-privada en la que se generará energía solar para abastecer a los vecinos del pueblo y, dicen, quizá alguna industria.
Reto 2. Mantener en la agenda climática los sistemas alimentarios
- Extraído de las conclusiones de la Fundación de Naciones Unidas, al acabar el 2022 y con la vista puesta en la acción climática de 2023.
En la COP 27, celebrada el pasado año en Sharm el-Sheikh (Egipto), se puso sobre la mesa un plan para asegurar que la alimentación y la agricultura seguirán en la agenda climática de los próximos años.
La razón de esta necesidad es sencilla: se estima que los sistemas alimentarios son los responsables de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Es fundamental transformar los sistemas agrarios actuales para cumplir el Acuerdo de París y lograr reducir las emisiones.
Sin embargo, los sistemas alimentarios solo reciben un 3% de la financiación de la lucha contra el cambio climático.
El mundo rural es el guardián de nuestras despensas, y necesita esa inversión para acometer los cambios que mejoren la productividad del campo, a la vez que se reducen las emisiones y se conserva la biodiversidad.
Reto 3. Promover la adaptación y la resiliencia al cambio climático
- Extraído también de las conclusiones de la Fundación de Naciones Unidas, al acabar 2022 y con la vista puesta en la acción climática de 2023.
Se entiende por resiliencia la capacidad de adaptación frente a situaciones adversas.
Esas situaciones ya están llegando al campo: las amenazas del cambio climático están afectando a las cosechas y, por tanto, también a la ganadería, que necesita forraje para los animales.
En estos momentos millones de personas están expuestas a la inseguridad alimentaria, es decir, a la incertidumbre acerca de la posibilidad de conseguir alimentos.
Pero la adaptación de las cosechas al clima es, hasta el momento, desigual e insuficiente. Quienes más sufren son las pequeñas granjas, cuya supervivencia está completamente condicionada a las condiciones climáticas.
Según el Censo Agrario 2020, en nuestro país predominan las explotaciones pequeñas y medianas, es decir, las más vulnerables.
Por ello, es necesario desarrollar políticas de protección que apoyen la supervivencia de estas explotaciones cuando se vean afectadas por fenómenos climatológicos extremos.
A su vez, las buenas prácticas en el ejercicio de la agricultura y la ganadería permitirán reducir las emisiones generadas, una aportación modesta pero no por ello menos importante en la lucha contra el cambio climático.
Reto 4. Poner la naturaleza, las personas, la vida y los medios de vida en el corazón de la acción climática
- Extraído también de la Carta del Presidente de la COP a las partes, julio 2023
Esto, según el Presidente de la COP, constituye uno de los cambios de paradigma que quiere obtener con esta conferencia.
Sopone que las personas y la naturaleza deben ser el centro de la acción climática, y en función de ellas deben tratarse los problemas, las soluciones y, por supuesto, las finanzas.
En AlmaNatura compartimos esta visión: solo podemos crear pueblos vivos cuando escuchamos de forma activa y ponemos a las personas y al medio rural en el centro de las acciones que realizamos.
Los pueblos, además, son el corazón de lo que sucede en todo un territorio. Cualquier acción climática ha de contar necesariamente con ellos.