Esenciales AN: Innovación rural desde dentro. Capítulo 9. La escucha

Cultivar la escucha activa es imprescindible para crear proyectos relevantes en el rural. En este artículo te contamos por qué invertir tiempo en ello y cómo hacerlo.

¡Hablemos! Este es un capítulo de la serie de artículos “Esenciales AlmaNatura: Innovación rural desde dentro”. Con ellos queremos dar a conocer la manera de trabajar de AlmaNatura. Cada mes abordaremos un tema relacionado con el mundo rural vivo, y cuáles son las buenas prácticas que consideramos esenciales a la hora de trabajarlo en el rural.

Estos son los capítulos anteriores: 

En una sociedad de inmediatez y prisa, la escucha es un valor al alza. Se cotiza quien lo practica, y quien se siente escuchado lo sabe valorar.

Cuando hablamos de mantener pueblos vivos, la escucha activa resulta ser un valor esencial, porque de ella depende que muchas de las acciones de revitalización sean un éxito. 

Te lo explicamos en este artículo. 

Qué es la escucha activa

En AlmaNatura creemos que la escucha activa es el motor de cualquier acción destinada a revitalizar el rural. Lo llamamos liderazgo consciente, que nace de dentro y que tiene una utilidad real. 

El liderazgo consciente se basa en tres pilares: 

  • La escucha activa, para poder generar a partir de lo que es realmente necesario. 
  • El diálogo, donde se pueda participar, compartir opiniones e incluso discrepar.
  • Y la transformación: que aquello que generemos tenga una utilidad real y una capacidad transformadora para los participantes. 

La escucha activa, situada en la base de la pirámide, nos permite llegar a realizar proyectos realmente transformadores

No es el fin, es el medio.

La falta de escucha tiene consecuencias en el rural

¿Qué sucede cuando se sucumbe a los objetos brillantes? Cuando llevamos a cabo ese proyecto que prometía tanta rentabilidad o que parecía adecuado solo porque se daban en ese momento las circunstancias para ponerlo en marcha… 

En general, esta situación provoca reticencias y rechazo en quienes participan, que no se sienten realmente interpelados por la formación, el programa o el proyecto que se les está ofreciendo. 

Tampoco se están cubriendo las necesidades que tenían, con lo cual el resultado final corre el riesgo de no tener una utilidad real, de no poder implementarse. Es decir, no va a generar una transformación real en las personas que participan.

Otra de las consecuencias no deseadas es, directamente, que el rural no se siente escuchado. En un contexto de pasividad o dejadez para con el rural, una situación en la que los habitantes del pueblo no se sientan escuchados puede agravar la sensación de abandono.

5 buenas prácticas para cultivar la escucha activa y dar vida a los pueblos

En AlmaNatura practicamos la escucha activa como base del liderazgo consciente. 

Recopilamos aquí estas buenas prácticas para crear iniciativas, programas y proyectos que nazcan de la escucha y tengan verdadero impacto en el rural. 

  1. Escuchar para elegir qué iniciativa llevar a cabo

Desarrollar proyectos en el rural es necesario para que volvamos a tener pueblos vivos. Cada una de estas acciones tiene como objetivo hacer que los pueblos se transformen en espacios tan habitables como cualquier otro, y que vivir en el rural pueda ser un proyecto de vida para las personas. 

Para que los pueblos estén habitados, o incluso para que sus habitantes se queden en ellos en lugar de irse, ahora mismo hace falta llevar a cabo acciones de formación, de promoción de la cultura y las tradiciones, de apoyo en el emprendimiento, a la juventud, etc. 

Sin embargo, no todas esas acciones encajan en todos los lugares

Cada zona rural, cada comarca o cada pueblo tienen unas necesidades propias, unas carencias específicas y fortalezas que potenciar. 

¿Cómo saber qué programa, que iniciativa o qué formación llevar a cabo en el pueblo? 

Es aquí cuando entra en juego la escucha. La escucha activa.

  1. Escuchar para mantenerse lejos del “síndrome del objeto brillante”

Mantener los oídos abiertos nos ayuda a alejarnos del “síndrome del objeto brillante”, es decir, de aquellas nuevas y a veces emocionantes oportunidades que se presentan sin previo aviso pero que no siempre son lo que necesita una comunidad.  

Se trata de escuchar para no llevar a cabo proyectos que se plantean desde fuera, sin atender a los recursos disponibles ni a las necesidades reales de una zona, o porque surge una determinada sinergia con un colaborador. 

También significa no idear proyectos que creemos que necesita el rural, sino centrarse en aquellos que, con certeza, cierta comunidad necesita o podría aprovechar. 

Esto no quiere decir que dejemos pasar las oportunidades, sino que nos enfoquemos solo en aquellas que resulten beneficiosas para la comunidad, allá donde cubran unas necesidades o una demanda real.

  1. Escuchar para identificar necesidades (y oportunidades)

Escuchar permite identificar los diferentes grupos de interés que hay en el rural, que son numerosos y heterogéneos, y pueden necesitar atención o iniciativas muy diferentes. 

Por ejemplo: las mujeres, la infancia, quienes emprenden un negocio, la juventud, las personas mayores, personas asalariadas o que teletrabajan, agricultores, etc. 

Pero las necesidades también pueden identificarse por otros parámetros además del grupo demográfico o profesional: las inquietudes pueden ser otro indicador para detectar oportunidades. Por ejemplo, podríamos hablar de deportistas, o de músicos, si en el pueblo hay banda municipal.

Cada uno de estos grupos podría tener una necesidad o, por qué no, algo que aportar al pueblo. Escuchar, en un sentido o en otro, ayuda a incentivar la participación de toda la comunidad en la vida pública. 

  1. Escuchar de tú a tú, como antes

¿Cómo podemos realizar una escucha activa en el rural?

Existen diversas metodologías para escuchar las necesidades de un grupo, según el colectivo y sus características. 

En cambio, hay una que en AlmaNatura preferimos por encima de todas: el tú a tú.

Este tipo de escucha, que es propia del rural, de donde venimos todos, está anclada en el sosiego, en la atención plena, en el momento presente. 

El mundo rural actual no es ajeno a la prisa. Lejos de ser un lugar bucólico, el pueblo también se ha contagiado de la inmediatez, la velocidad, la brevedad y la tiranía del reloj.

En este sentido, escuchar de tú a tú lo que alguien tiene que decirnos es, como decíamos en la introducción, un valor al alza. Significa ponernos a disposición de quien nos habla y también comprometernos con pasar a la acción de alguna manera. 

  1. Escuchar a todos los agentes

La revitalización del mundo rural exige que se cuente con los distintos actores que forman parte del proceso.

Por un lado, las personas participantes de las acciones que se llevarán a cabo. Los beneficiarios del programa, de la formación o de la iniciativa, y en quienes estábamos pensando cuando hablábamos de la escucha activa. Sin esa atención, nada de lo que podamos crear será realmente necesario. 

Sin embargo, la escucha activa también aplica a los aliados, ya sean entes públicos o privados. 

Escuchar a todos implica contar también con su punto de vista y su experiencia.

Practicando el liderazgo consciente, y comenzando con la escucha activa, llegaremos a crear acciones que sean verdaderamente transformadoras para el rural. 

Con ellas, estamos mucho más cerca de volver a tener pueblos vivos

En AlmaNatura llevamos más de 25 años escuchando al rural y dando vida a los pueblos. ¿Quieres convertirte en nuestro aliado?

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