Proyecto Reactivadores recupera espacios en desuso de pueblos afectados por la despoblación

¿Qué ocurre cuando un edificio que había quedado en el olvido vuelve a llenarse de vida? En Aroche (Huelva) y Val de San Lorenzo (León), dos espacios en desuso, ahora revitalizados.

Hay edificios que guardan ecos, que todavía resuenan aunque ya pocas personas (o ninguna) los habite. Son lugares que no llegaron a abrir sus puertas o donde en algún momento se aprendía, se compartían desafíos, surgían ideas, comenzaban o se cristalizaban historias y experiencias…, se creaban comunidades. Pero el tiempo pasó, las dinámicas cambiaron y casi sin querer (o queriendo), fueron perdiendo su pulso hasta que dejaron de latir.

Esta ha sido una realidad para cientas de instalaciones municipales y privadas en pueblos pequeños de España. 

Sin embargo, en los últimos dos años esta historia ha encontrado una vuelta de tuerca en Almedina (Ciudad Real) y Jaraba (Zaragoza), también en Alpuente (Valencia) y Beteta (Cuenca) y este año en Aroche (Huelva) y Val de San Lorenzo (León). Gracias a la iniciativa Proyecto Reactivadores, liderada por AlmaNatura junto a IKEA y Redeia a través de Holapueblo, en estas localidades seis espacios no sólo han vuelto a abrir sus puertas, sino que han comenzado a escribir un nuevo capítulo protagonizado por la comunidad.

Concretamente cada ayuntamiento ganador recibió el diseño de interiores por parte del equipo de IKEA, una dotación de mobiliario valorado en 7.000 euros y el apoyo en la creación del plan de dinamización por parte de AlmaNatura.

Reactivar está en la esencia de AlmaNatura y quizás el mayor testimonio de ello es aquel antiguo molino en ruinas de 150 años que hoy se erige como uno de los mayores centros europeos en innovación social rural.

En este post compartimos cómo en Aroche y Val de San Lorenzo, lo que era un problema se convirtió en una oportunidad para desplegar el potencial de crear comunidad. Estamos siendo testigos de cómo una vez más, la revitalización de un edificio puede cambiar las dinámicas de un territorio desde el propósito, la colaboración y la escucha activa.

“Cuando un espacio vuelve a la vida, el pueblo gana fuerza. Porque no se trata de rehabilitar un edificio, sino de reactivar vínculos, sentidos y futuros posibles.” Juanjo Manzano, CEO y director de alianzas en AlmaNatura.

Un centro vivo onubense   

En Aroche, al norte de Huelva, una sala de casi 100 m² llevaba años sin uso. Había sido centro Guadalinfo y luego punto de acceso digital, pero tras el paso de los programas, el espacio quedó abandonado. Algunas mesas estaban aún allí, unas cuantas sillas también, pero todo parecía detenido. Mientras tanto, el pueblo —con cerca de 3.000 habitantes— seguía necesitando un lugar donde encontrarse.

Lo que antes era una sala cerrada es hoy el Centro-vivo Aroche, un lugar que late al ritmo del pueblo y su gente. Con un diseño que combina mobiliario sostenible, materiales reutilizados y una estética arraigada a la tierra, este lugar se perfila como punto de encuentro multigeneracional para el desarrollo de talleres, formaciones, reuniones de emprendimiento, proyecciones y encuentros sociales.

Cristina Romero, alcaldesa de Aroche, lo expresaba así durante la inauguración:

“Este nuevo espacio es mucho más que una sala renovada; es un símbolo de oportunidad, de cohesión y de futuro para Aroche. Hoy damos un paso más en la lucha contra la despoblación, apostando por un lugar donde convivir, crear y crecer juntos. Este proyecto no sólo reactiva un espacio físico, sino también el alma de nuestro pueblo.”

Si bien se proyecta al menos una decena de eventos al año con la participación activa de un centenar de vecinos y vecinas en su primer año de funcionamiento; el impacto indirecto va más allá: se estima que los casi 3.000 habitantes de la localidad se beneficiarán de forma indirecta al recuperar un espacio que fomenta los vínculos y el dinamismo social incluso atrayendo a nuevas personas pobladoras al entorno rural.

No se trata solo de rediseñar un espacio físico, sino de fortalecer el sentido de pertenencia, el arraigo y la identidad.

Epicentro cultural maragato

Algo parecido ocurrió en Val de San Lorenzo, en León. Allí, la antigua casa de cultura había quedado literalmente sin cultura dentro. Con una rica tradición maragata, múltiples asociaciones activas y una vida comunitaria inquieta, el pueblo no contaba con un lugar adecuado para reunirse. La sala de la planta baja —de 64 m²— se usaba de forma esporádica, hasta que poco a poco dejó de utilizarse del todo.

El recién inaugurado Epicentro Cultural Maragato es más que el rediseño de un lugar físico, es una manifestación tangible de un propósito compartido. Cada elemento se ha integrado con la intención clara de convertir este lugar en un punto de encuentro para la innovación, la expresión cultural y la vida comunitaria: desde el azul añil que honra la identidad maragata hasta los mensajes en sus paredes que invitan a cuidar la naturaleza, cultivar el bienestar y celebrar la cultura de la comarca. 

Luis Alfonso Cordero, alcalde del Ayuntamiento de Val de San Lorenzo, nos dice: 

“El diseño multifuncional para este espacio es perfecto para que los vecinos y asociaciones del pueblo puedan disponer de un lugar dinámico, cálido y acogedor donde desarrollar actividades culturales de todo tipo. Con esta iniciativa cerramos una brecha entre lo rural y lo urbano de forma que vivir en un pueblo no suponga un menor acceso a la cultura”.

Pensado desde la inclusión y la diversidad generacional, el proyecto está diseñado para acoger a personas de todas las edades, desde niños y niñas hasta mayores de 65 años (que representan más del 50% de la población local). Al igual que en Aroche, se prevé que, solo en su primer año, al menos 100 personas (de un total que no alcanza los 500 habitantes) participen activamente en las propuestas que se pondrán en marcha.

Lo que se transforma cuando cambia un espacio 

Recientemente, el filósofo Byung-Chul Han en su libro “La desaparición de los rituales” polemiza sobre el valor de los rituales (¿la vida en comunidad?) en la crisis actual. Parafraseando a Antoine de Saint-Exupéry, afirma que los rituales son al tiempo lo que las cosas son al espacio. Según él, “los ritos transforman el ‘estar en el mundo’ en un ‘estar en casa’. Hacen del mundo un lugar fiable”.

En este sentido, lo que a simple vista es ahora más bonito y decorado, es una poderosa herramienta de activación de ritos comunitarios, es un nuevo catalizador del encuentro, la corresponsabilidad y la ilusión compartida.

El Centro Vivo de Aroche y el Epicentro Cultural Maragato de Val de San Lorenzo se están convirtiendo en nido de nuevas ideas y de vínculos que se renuevan. Con el apoyo institucional de los Ayuntamientos y el impulso constante de asociaciones y vecinos/as, estos espacios mantienen vivo el fuego del espíritu: aquello que inspira y nutre lo que hacemos desde la autenticidad, la conexión profunda y la coherencia entre lo que somos y nuestras acciones.

Laura Escalante, responsable de sostenibilidad de IKEA España, nos dice:

“Hemos pensado en un lugar donde los jóvenes puedan estudiar o divertirse, los mayores leer o charlar, los emprendedores imaginar nuevas ideas y las asociaciones locales puedan trabajar juntas para construir un futuro mejor. No solo traemos muebles y diseño, también un espacio que esperamos que cobre vida, un hogar que compartir entre todos y que deje una impronta positiva en el tejido local”

No solo se trata de reactivar lo social, sino de hacerlo cuidando el entorno y los recursos compartidos. Por eso, las prácticas respetuosas con el medio ambiente forman parte de una mirada integral de Proyecto Reactivadores que pone en el centro el bienestar colectivo y el equilibrio con la naturaleza. 

Y ahora, ¿cómo seguimos?

Aroche y Val de San Lorenzo no son una excepción, son dos ejemplos de lo que puede pasar cuando se apuesta por el medio rural como territorio de innovación, cultura y expansión. Cuando se pasa de la parálisis a la acción, y del abandono a la regeneración.

Solo hace falta voluntad, alianzas y una comunidad dispuesta a imaginarse y cocrear un nuevo escenario. Porque un lugar que se llena de vida, se llena de futuro. 

¿En tu pueblo hay un espacio que ya no se usa? ¿Te imaginas lo que podría pasar si volviera a llenarse de vida?

Desde Holapueblo trabajamos para hacer posible esa transformación. Proyecto Reactivadores sigue creciendo y tú también puedes ser parte. Sigue de cerca las novedades de Holapueblo

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