La historia de Raquel, una joven que transforma con alma el relato del mundo rural

Desde Almendralejo, Raquel crea relatos que conectan orgullo rural y creatividad. Así nació The Pueblo Studio, un emprendimiento que transforma la narrativa rural desde la comunicación.

“Mi abuela siempre me dice: ‘Niña, cada día inventando algo nuevo’… Y eso es exactamente lo que hago. Pero no desde cualquier sitio, sino desde mi pueblo”

Cuando Raquel se fue a estudiar y trabajar a la ciudad, no imaginaba que ese viaje la traería de vuelta con más fuerza y propósito que nunca. Madrid y Barcelona le ofrecieron oportunidades, sí, pero también le revelaron lo que realmente le estaba faltando (y no era la única): el arraigo, la autenticidad y el sabor a vida de pueblo. 

Desde Almendralejo, en Extremadura,  un lugar (como tantos otros) que suele ser percibido como punto de partida y pocas veces como destino, Raquel está dando un giro a esa narrativa. Ella decidió volver para emprender. 

Así nació The Pueblo Studio, un emprendimiento rural y social que entrelaza comunicación con el orgullo de ser de pueblo. Un proyecto que no solo cuenta historias, sino que revaloriza los relatos rurales. 

Estar lejos para redescubrir lo esencial

Para Raquel la distancia fue fundamental. En sus propias palabras: “alejarme me ayudó a valorar lo que me había rodeado desde la infancia. Para mí el pueblo no era solo sus casas y plazas, sino las personas que han estado o están a mi lado, sus historias y experiencias que han hecho de mí lo que soy”. 

Mucho antes de que The Pueblo fuera una marca, era una intuición, un propósito: la necesidad de hacer visible las historias, el talento y la creatividad que habita en los pueblos. Frente a una narrativa imperante que asocia el éxito a la ciudad, Raquel se propuso demostrar que el medio rural es tierra fértil para la innovación, la integridad, la vitalidad y la transformación social.  

Pero conseguirlo no está siendo tarea fácil, se ha enfrentado a miradas escépticas, a personas que regatean sus servicios o a quienes prefieren los servicios de larga trayectoria. 

“Al ser algo nuevo, no siempre se valora. No es fácil entender que no se trata de solo un video o una foto. Es contar una historia. Es acercar a las personas que consumen al alma del negocio, a lo que está detrás”. 

Ahí está el diferencial de Raquel y su proyecto: en su forma de mirar y narrar lo rural con afecto, respeto, orgullo y con una profunda sensibilidad por el origen y lo cotidiano. 

Cuando el propósito se convierte en marca

The Pueblo Studio no es una agencia de comunicación al uso, “es un grito de orgullo rural”, una plataforma que reivindica las raíces, las fiestas populares, el comercio local, la manera de hablar y de vivir. Todo lo que muchas veces se ha menospreciado bajo etiquetas como “rancio” o “cateto”. Raquel lo pone en el centro de la escena con frescura y dignidad. 

“Desde pequeños nos cuentan que todo ocurre en las ciudades, que para triunfar debes irte y si vuelves, lo más probable es que sea porque has fracasado. Tengo mis dudas si somos o no las propias personas que vivimos en el pueblo quienes creamos o fortalecemos esa idea. Pero no es así, en la ciudad se anhela la cercanía, el ritmo y la manera de hacer de los pueblos”, cuenta Raquel. 

Así, desde su propio andar, The Pueblo crece como relato colectivo. Con cada historia que cuenta, Raquel ayudar a cortar la brecha entre lo urbano y lo rural. Lo hace desde la comunicación, pero también desde un activismo sutil y significativo que invita a mirar los pueblos con otros ojos. 

El poder de la narrativa para la reactivación rural

Uno de los aspectos más potentes del trabajo de Raquel es cómo utiliza la narrativa para conectar emociones, territorios y generaciones. 

“La emoción juega un papel fundamental. Me ha ocurrido que algunas personas que no viven en su lugar de origen, eligen a The Pueblo porque conectan con su propósito (que es el mío). Porque hablar del pueblo, es hablar de identidad, de pertenencia, de lo que somos.” 

En un contexto complejo, donde la reactivación rural se debate entre lo político, lo económico y lo demográfico, hay un elemento que suele escaparse: la narrativa. Necesitamos historias que cuenten lo que sí ocurre en los pueblos. Historias que inspiren, que inviten a volver o quedarse, que pongan en valor lo local sin idealizarlo, reconociendo su potencial regenerativo, su fuerza transformadora. 

Por eso, el trabajo de Raquel desde su proyecto no sólo es valioso en términos de emprendimiento y dinamización económica en el rural, es esencial en términos sociales y culturales. Porque una comunidad sin relatos, es una comunidad que se desvanece con el tiempo. 

Hoy más que nunca, necesitamos historias que reactiven la esperanza en los territorios y su gente. 

El impulso de Colabora Almendralejo

En esta nueva etapa del camino, Raquel ha contado con el apoyo del programa Colabora Almendralejo, una iniciativa impulsada por Acciona Energía, el Ayuntamiento de Almendralejo y AlmaNatura. Su objetivo es fortalecer el tejido empresarial local y acompañar a jóvenes como Raquel a conectar con su propósito y su valor para el territorio con empresas donde poder tener una primera oportunidad. 

Durante la II Edición (2025), Raquel desplegó su talento colaborando con proyectos locales como Aaura María y Elinker Soluciones Corporativas (sobre este último, aquí puedes revivir la historia de Onofre). A través de The Pueblo, Raquel generó contenido audiovisual que puso en valor la cultura local y los procesos de digitalización de las empresas locales. También formó parte del encuentro “Ellas Lideran” de Extremadura Empresarial, demostrando que las jóvenes del rural no solo tienen talento, sino capacidad de liderazgo y generación de redes. 

El impacto de Colabora Almendralejo en cifras es contundente: 

  • 100 jóvenes han participado en las dos ediciones. 
  • 21 empresas locales se han sumado al desafío.
  • 15 proyectos cocreados entre jóvenes y empresas. 
  • 155 horas de formación impartidas.
  • 96% del capital semilla es reinvertido en empresas locales. 

Pero más allá de los números, lo que deja el programa es una comunidad que perdura, una red de jóvenes, empresas y agentes de cambio que apuestan por Almendralejo como lugar para permanecer, innovar y vivir con propósito. 

Y ahora ¿qué sigue?

Raquel cocina a fuego lento nuevos proyectos. Su próximo reto es explorar otros formatos y seguir tejiendo alianzas con personas y organizaciones que creen, como ella, que el medio rural no es un lugar donde esperar que algo pase, sino un lugar donde hacemos que las cosas ya estén pasando. 

Para quienes trabajamos en innovación social, la historia de Raquel es inspiración. Nos recuerda que la transformación nace desde la intuición y el corazón. A veces empieza en la ciudad, en el pueblo, en la cocina de la abuela, en un video o una foto que emociona, en una joven que decide volver. 

Y tú, ¿qué relato nos vas a compartir desde tu pueblo? Sé parte de la historia, ayúdanos a seguir tejiendo relatos compartidos. Conoce nuestros proyectos.

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