El 2020 llegó con una pandemia mundial que nos ha desestabilizado, sí. Y nos sacudió la estantería justo cuando ya estábamos en marcha. Habíamos cumplido otro sueño como empresa social: crear una Fundación corporativa y que su sede sea el viejo molino aceitero del pueblo, con 150 años de historia y cultura. Con ello, buscamos sembrar una nueva semilla en la comarca que también crece (y coevoluciona) junto con AlmaNatura.
El horizonte parecía claro y avanzamos en la construcción de un espacio de coworking y colinving. Procurábamos aportar a la Sierra de Aracena un lugar de trabajo colaborativo que también invitara a establecerse, al menos un tiempo. Tiempo que apostábamos enamoraría lo suficiente para que más personas eligieran Arroyomolinos de León para vivir. Y así, los números que desafían nuestro estatus poblacional cambiarían poco a poco.
Pero no fuimos la primera empresa u organización en pensarlo, las tendencias del mercado laboral marcaban que ese era el rumbo y se creaban en paralelo más rincones como el nuestro que acogen a nómades digitales y aventureros/as para vivir una experiencia de inmersión en lo rural. Y entonces, ¡Eureka!… ¿Y si además de pensar en un espacio de trabajo “de paso” que invita a quedarse, diseñamos un lugar donde podamos soñar e impulsar iniciativas innovadoras y capaces de escuchar (pero escuchar de verdad) para tomar decisiones más “a la carta” e inteligentes para nuestra comarca y su zona de influencia (el sur extremeño)? Luego podríamos, desde allí, replicar el impacto a otros pueblos del territorio nacional, e incluso animarnos a volar más lejos.
Y así, como las aves que siguen el calor de la primavera, migramos hacia un laboratorio de investigación (que escuche) e innovación (que ACTÚE) para crear soluciones sostenibles que mejoren la calidad de vida de las personas en el medio rural y el maravilloso entorno natural que nos acuna.
¿Qué tipo de planificación hemos elegido?
Si queremos escuchar tenemos que empezar a hacerlo desde el punto cero. Por eso decidimos llevar adelante un proceso de planificación colaborativa y centrada en las imágenes del futuro que deseamos. Esta es una perspectiva emergente que lleva el nombre de “planificación prospectiva” y evoluciona desde los clásicos paradigmas de la planificación normativa y estratégica. Aplicada a nuestra fundación, simulemos los distintos diseños posibles y sus diferencias:
- Planificación normativa: una persona considerada experta (con saber técnico y científico) sería la encargada de realizar un diagnóstico retrospectivo (del pasado al presente) e interpretar las demandas del comité directivo de la fundación para construir un modelo que cumpla con los objetivos definidos y el plan con sus programas y actividades. Otras personas ejecutarían y habría poco margen de maniobra para introducir cambios, es el típico “plan libro”, donde se detallan objetivos y acciones a partir de la experiencia y la ideología de la cúpula organizacional.
- Planificación estratégica: este estilo parte del análisis situacional que tiene en cuenta la complejidad del escenario presente para proyectar el futuro. Si bien reconoce la experiencia y el conocimiento científico y técnico como saberes válidos para elaborar las respuestas de planificación, quienes toman las decisiones y definen los plazos siguen siendo las personas que lideran la fundación. Esta es la perspectiva más ampliamente utilizada, su viabilidad está puesta en la capacidad de crear condiciones para alcanzar los objetivos propuestos.
- Planificación prospectiva: aquí está la evolución hacia donde la Fundación AlmaNatura intenta avanzar. Desde este modelo, múltiples actores sociales identifican las imágenes de futuro (que emergen desde sus sueños, proyectos y deseos) para incorporarlas como componente dinamizador del proceso de planificación (que no olvida el pasado ni el presente, pero ahora se enfoca en el futuro). Ya no es el comité directivo quien diseña unilateralmente, sino que se trata de un proceso participativo que procura cambios profundos para una sociedad mejor y, por lo tanto, que requiere del largo plazo, la flexibilidad y de otras miradas sobre la mesa. Así, la prospectiva se vuelve un puente entre los futuros deseables (y posibles) y las acciones presentes.
Proceso de planificación prospectiva Fundación AlmaNatura 2021 / 2024
A través de planificar prospectivamente, la Fundación AlmaNatura se propuso construir de manera colaborativa posibles escenarios (materializados en acciones y condiciones) que permitan que la situación presente evolucione hacia el futuro deseado. Esta mirada es resiliente y está enriquecida a partir de la escucha activa y la participación para responder a la complejidad de la realidad aprovechando las oportunidades y “surfeando” la incertidumbre.
Nuestra planificación prospectiva constó de cuatro fases:
- Fase 1: la definición de un perfil organizacional que es dinámico, siempre en versión “Beta”. Lo hemos elaborado a partir de formular nuestro propósito organizacional, los valores, rasgos de personalidad, atributos, mapa de actores clave y ejes estratégicos que serán pilares de nuestras acciones. Para ello, hemos sistematizado las experiencias previas y expectativas del comité directivo de la fundación y realizado un análisis documental de la situación inicial del contexto organizacional.
- Fase 2: un ciclo de 4 talleres prospectivos con más de 40 actores claves de la Sierra de Aracena y el sur extremeño. El objetivo es conocer de primera mano sus experiencias y comenzar a identificar colaborativamente variables claves y signos/ideas de futuros.
- Fase 3: hemos diseñado y aplicado el método de investigación Delphi (una serie de cuestionarios sucesivos y anónimos a expertos/as) que nos permitió confirmar variables claves y signos/ideas portadoras de futuros y construir escenarios de acción en relación con los actores, las brechas y la factibilidad que se se desarrollarán en la siguientes fases.
- Fase 4: los escenarios futuros construidos colaborativamente nos posibilitaron establecer líneas prioritarias que darán lugar a un plan prospectivo de nuestra fundación para el periodo 2022-2024 con el objetivo puesto en nuestra comarca y el sur extremeño, para desde allí ampliar nuestro alcance y multiplicar el impacto.
En definitiva, adherimos a la frase de Washington Uranga, uno de los referentes de la prospectiva en Latinoamérica que nos dice:
Resultados y primeros pasos
Compartimos a continuación los resultados del proceso y las primeras acciones que estamos desarrollando a partir de los mismos.
Te invitamos a seguir de cerca nuestro blog, volveremos pronto con más avances de nuestro andar. Un camino que nos permitirá diseñar juntos/as la MEJOR Fundación para nuestra región.
- Y si hablamos de construir colaborativamente, en la imagen de portada de este posteo estás viendo más de 13.000 tejas recuperadas, de las cuales cerca de 2.500 pertenecían a antiguas viviendas de nuestro pueblo y el resto ya estaban en el Molino. Gracias por cada aporte. ¡Gracias por ser timón de esta historia que nos une y moviliza!