Este es un capítulo de la serie de artículos “Esenciales AlmaNatura: Innovación rural desde dentro”. Con ellos queremos dar a conocer la manera de trabajar de AlmaNatura. Cada mes abordaremos un tema relacionado con el mundo rural vivo, y cuáles son las buenas prácticas que consideramos esenciales a la hora de trabajarlo en el rural.
Estos son los capítulos anteriores:
- Capítulo 1: La cultura
- Capítulo 2: Las mujeres
- Capítulo 3: El medio ambiente
- Capítulo 4: El empleo
- Capítulo 5: Las alianzas
- Capítulo 6: La salud
- Capítulo 7: La tecnología
Aunque no existe un consenso en cuanto a lo que se considera “juventud”, y tenemos que recurrir a estadísticas para hallar la horquilla de edad adecuada, sí sabemos a ciencia cierta que sin ella el rural no tiene ningún futuro.
En este artículo, abordamos las razones por las que los jóvenes no se quedan en los pueblos y hasta qué punto su presencia resulta vital para mantener vivo el medio rural.
Los jóvenes valoran positivamente vivir en los pueblos
Al menos esta es la conclusión que se extrae de la Encuesta realizada a los jóvenes del medio rural por la Red Rural Nacional (2021).
Por debajo de los 31 años, las personas encuestadas puntuaron con un 7,97 sobre 10 la satisfacción de vivir en un pueblo. Las personas de entre 31 y 41 años puntuaban aún más alto este modo de vida: 8,87 sobre 10.
Tienen razones para ello. Según las valoraciones de las personas encuestadas, algunas de ellas eran:
- Poder estar en contacto con la naturaleza y vivir en espacios menos contaminados.
- La cercanía, el ritmo de vida.
- La disponibilidad de alimentos locales.
- El menor coste de la vida.
- Mencionaban además la posibilidad de trabajar en aquello que les gustaba.
Sin embargo, el hecho es que la juventud se marcha de los pueblos, y también hay razones para que lo hagan.
Las razones por las que la juventud se marcha de los pueblos
Hay un motivo temprano relacionado con las oportunidades: en el caso de la formación, la juventud abandona los pueblos cuando tiene que desplazarse para estudiar porque la escasez de oferta hace que muchas opciones de capacitación resulten incompatibles con vivir en el pueblo.
Y una vez que se va, ya no vuelve.
Además de eso, hay otras razones por las que la juventud se va del rural.
- Por razones laborales
Muchos jóvenes se tienen que marchar de sus pueblos por falta de oportunidades laborales.
Las causas de la falta de empleo en el rural son diversas, obedecen a múltiples factores que ya analizamos en el capítulo 4. La conclusión es que buena parte de la juventud sale de los pueblos en busca de un futuro profesional que no se puede obtener allí.
- Por falta de vivienda
El problema de la escasez de vivienda también existe en el ámbito rural, con el agravante de que, en los pueblos, el acceso a la vivienda es fundamental para la repoblación de las zonas más vacías.
Las dificultades de la juventud para acceder a una vivienda en el rural pasan por que hay pocas viviendas habitables. La mayoría de ellas requieren grandes inversiones.
Sin acceso a crédito, esas viviendas no pueden ser rehabilitadas. Por su parte, las ayudas a la rehabilitación están pensadas para el ámbito urbano. Así lo señala Ruralproofing, el proyecto Mecanismo Rural de Garantía, impulsado por el coworking El Hueco (en Soria), que trabaja para la ruralización de las leyes.
En sus conclusiones sobre el asunto de urbanismo y vivienda señalan este problema indicando que, en muchos casos, los propios requisitos de las ayudas no permiten acceder a ellas. Ponen como ejemplo las ayudas a la rehabilitación en Castilla y León, que exigen haber pasado la Inspección Técnica de Edificios (ITE) antes de la convocatoria: la ITE solo es obligatoria en municipios de más de 20.000 habitantes y además se trata de un trámite que no se suele realizar de manera voluntaria.
También suele haber viviendas en ruinas, cuya propiedad no se conoce o ya está muy difusa después de tantos años. Estas circunstancias dificultan su adquisición y rehabilitación.
Muchos propietarios de casas no quieren vender ni alquilar, ni tampoco vender los terrenos para que se construyan viviendas.
Y cuando se habla de obra nueva, generalmente se trata de urbanizaciones, de tipo chalet, a precios más altos que las viviendas que hasta ese momento había en el pueblo y muchas veces pensadas como segundas residencias. Inasequibles, igual que las rehabilitaciones.
- Por la ausencia de servicios
A menudo, las zonas rurales padecen la escasez de muchos servicios, y en algunos casos se trata directamente de una carencia: comenzando por muchas oportunidades de mejora en sanidad y educación, y siguiendo por transporte colectivo, redes de comunicación, guarderías, residencias para personas mayores, ludotecas, bibliotecas, espacios públicos, etc.
No se trata de la ausencia de cualquier servicio, sino de aquellos que son en mayor o menor medida imprescindibles para la vida diaria y que hacen posible que las personas se queden en los pueblos.
- Por el ocio y la cultura
Aunque tiene menos peso que los tres anteriores, otra de las cuestiones que atañen a la juventud rural es el acceso a la cultura en los pueblos y las opciones de ocio.
En AlmaNatura creemos en la cultura en el rural como derecho fundamental, y que es necesaria para fomentar comunidades sanas y apegadas al territorio.
- Por el imaginario de ruralidad construido durante décadas
Importa mucho la narrativa que utilizamos a la hora de contar la vida en los pueblos. Si al hablar de empleo decimos que “en el pueblo no hay trabajo”, construimos el imaginario de que no lo hay.
Sucede igual con la idea de la vida rural: las narrativas sobre lo que supone ser de pueblo, vivir en un pueblo, trabajar en un pueblo o haber crecido en un pueblo deben actualizarse para responder a los nuevos tiempos.
Urge un cambio de narrativa y también de identidad rural, para que la vida en el rural sea atractiva a la juventud y quiera quedarse.
5 buenas prácticas para que la juventud dé vida a los pueblos
En AlmaNatura creemos que la juventud es esencial para que los pueblos tengan futuro.
Estas son las buenas prácticas por las que apostamos a la hora de trabajar con las personas más jóvenes en los pueblos.
- Dar voz a la juventud en el medio rural
Es necesario que existan espacios donde las personas más jóvenes puedan mostrar sus necesidades, sus proyectos e inquietudes.
También analizar las causas que hacen que la juventud se marche de los pueblos, para poder ponerles remedio. Y esto puede hacerse desde el ámbito público y privado.
La encuesta realizada por la Red Rural Nacional que se ha señalado anteriormente es un ejemplo y recoge las respuestas de más de 1.000 personas jóvenes que viven en el rural.
A menor escala, se puede encuestar a personas jóvenes por comarcas o por municipios para conocer su parecer y poder tomar medidas.
- Hacer partícipe a la juventud de todo lo que atañe al pueblo
La participación en los espacios públicos y en la toma de decisiones, incluso a nivel administrativo, es una oportunidad de oro para los municipios rurales.
Aquellas personas jóvenes que participan en la gestión, no solo enriquecen la comunidad compartiendo sus puntos de vista, sino que se vinculan con el municipio. Y esa vinculación ayuda a que se queden.
Los adultos, en ocasiones, deben ceder el testigo a la juventud, o al menos fomentar su participación a través de herramientas como las encuestas, la delegación de tareas, la responsabilidad en ciertos ámbitos, etc.
- Fomentar la creación de asociaciones juveniles y redes de apoyo
En el año 2021 quisimos saber qué les pasa a los jóvenes rurales, y entrevistamos a dos para que nos dieran su opinión sobre su vida en el pueblo.
Una de las conclusiones más claras de ambas entrevistas es que la juventud desea contar con espacios asociativos, y que están dispuestos a liderarlos, para poder participar en la vida del pueblo, traer aquello que echan de menos y organizar actividades de su agrado.
Este tipo de asociaciones, además, crean redes de apoyo mutuo. Igual que sucede en otros ámbitos, la juventud necesita comunidades de personas afines donde poder compartir inquietudes, aprender e incluso recibir estímulos de otras personas en su misma situación.
Un ejemplo de una red joven es Jóvenes Dinamizadores Rurales, que desde el año 2010 trabaja por un medio rural con más oportunidades para la juventud.
- Poner especial foco en la mujer joven rural, que sufre una doble discriminación
Las mujeres jóvenes y rurales están invisibilizadas y viven bajo un techo de cristal doblemente grueso. Muchas de ellas protagonizan la llamada “huida ilustrada”: se marchan a la ciudad para estudiar y no vuelven, para no exponerse a repetir los mismos roles que han visto en sus madres y abuelas.
Visibilizar las situaciones de desigualdad, así como educar en valores de igualdad en el pueblo, son algunas de las medidas que pueden llevarse a cabo, tanto desde el ámbito público como el privado.
Otra de estas medidas sería ampliar (o facilitar) los servicios de cuidados en el municipio, pues es una de las labores que realizan las mujeres (también jóvenes) y que las apartan de la vida profesional y social.
- Impulsar soluciones a las demandas de la juventud, para que se queden o vuelvan
Aunque conocer la opinión de la juventud es valioso, ya conocemos una buena parte de las razones que les hacen marcharse, o no volver a los pueblos una vez que han salido.
Las soluciones están al alcance de la mano, si bien sabemos que hace falta coordinación y financiación para llevarlas a cabo.
En AlmaNatura queremos ver un futuro en el pueblo. Trabajar de esta manera con la juventud nos asegura unos pueblos vivos en los que poder forjar un proyecto de vida.
En AlmaNatura acompañamos a la juventud rural para que tenga un futuro en los pueblos. Si quieres acompañarla tú también, hablemos.