Este es un capítulo de la serie de artículos “Esenciales AlmaNatura: Innovación rural desde dentro”. Con ellos queremos dar a conocer la manera de trabajar de AlmaNatura. Cada mes abordaremos un tema relacionado con el mundo rural vivo, y cuáles son las buenas prácticas que consideramos esenciales a la hora de trabajarlo en el rural.
Estos son los capítulos anteriores:
“En el pueblo no hay trabajo”.
O eso dicen. O eso nos han dicho.
La verdad es que una de las razones por las que los jóvenes emigran a las ciudades es esta: el empleo.
Por eso queremos dedicar el capítulo 4 de la serie a este tema.
¿Es verdad que no hay trabajo en el rural?
Es así como lo percibe casi un tercio de los jóvenes encuestados para un estudio publicado hace un año: esa era su razón principal para abandonar el medio rural.
Sin embargo, sí que hay trabajo en los pueblos. Ya conocemos la demanda de trabajos agrícolas, de los relacionados la hostelería, y de las nuevas oportunidades surgidas del teletrabajo.
Pero hay más opciones.
El estudio Nichos de negocio y yacimientos de empleo para los jóvenes del medio rural (2022) señala, por ejemplo, que “las áreas más importantes surgen del sector servicios, en particular, profesionales, así como el turismo, la digitalización o la comercialización de los productos del ámbito rural”.
Las circunstancias de cada zona pueden dar pie a la demanda de profesionales como electricistas, fontaneros o mecánicos, así como personal del ramo sanitario, por citar algunos ejemplos.
La cuestión no parece, por tanto, si hay o no empleo en el rural. Como señala Jara Hernández, orientadora laboral y antigua trabajadora de AlmaNatura, se trata de algo mucho más profundo y que enraíza con los retos a los que estas zonas llevan decenios enfrentándose.
Los 6 retos a los que se enfrentan los pueblos y que dificultan el empleo en las zonas rurales
- La centralización de recursos
La mayoría de los recursos públicos a disposición de la ciudadanía, también los relativos al empleo (como servicios de empleo públicos) se encuentran en núcleos de mediano y gran tamaño.
Los habitantes de los pueblos deben desplazarse decenas de kilómetros (en transporte privado en la mayoría de las ocasiones) para poder acceder a ellos.
Como ejemplo, Jara Hernández nos señala el siguiente: una persona de Arroyomolinos de León (Huelva), donde se encuentra la sede de AlmaNatura, que necesite acudir al Servicio Andaluz de Empleo (SAE) debería desplazarse 36 km para llegar a Aracena (Huelva), donde se encuentra la oficina más cercana.
- La falta de centros formativos
El reto no está en la formación de los habitantes del medio rural, sino en el lugar en el que están los centros formativos.
En amplias zonas de la geografía española, para poder acceder a la formación superior (universitaria o formación profesional) es imprescindible trasladarse a una capital de provincia.
Muchas familias han de plantearse esta cuestión cuando sus hijos deciden continuar su formación más allá de la etapa obligatoria, ya que la manutención y el transporte suponen un desembolso económico importante.
Por otro lado, el catálogo de títulos disponibles en algunos territorios suele ser limitado y no siempre está acorde con la potencial demanda, de manera que no hay nuevas formaciones que respalden esas nuevas oportunidades de empleo.
- La complicación de muchos trámites administrativos
Los trámites necesarios para llevar a cabo muchas actividades del día a día pueden resultar complicados en exceso en lugares en los que la alfabetización digital es menor que en las ciudades.
A esto hay que sumar que para realizar trámites oficiales en ocasiones es necesario contar con cita previa en una oficina de otra localidad, a la que también hay que desplazarse.
- La falta de transporte colectivo y dificultad en las comunicaciones
Las comunicaciones en el medio rural se llevan a cabo, en la mayoría de los casos, en medios privados.
No es frecuente contar con transporte colectivo que comunique distintas localidades, ni tampoco los pueblos con las ciudades más grandes.
Siguiendo con el ejemplo de la persona de Arroyomolinos de León que necesitase hacer trámites en las dependencias del SAE que se encuentra en Aracena: si buscásemos la manera de llegar de un punto a otro veríamos que no hay opción de utilizar ningún autobús.
Esto dificulta el acceso a muchos servicios y, por supuesto, supone una traba más para trabajar en las zonas rurales, pero también afecta a las empresas que quieran establecerse allí.
- El aumento de los costes para las empresas que se instalen en el rural
En efecto, con la situación de las infraestructuras en las zonas rurales, las empresas que quieran establecerse allí experimentarán un incremento en los costes de transporte.
Además, afectará a la consecución de sus objetivos Net Zero, pues aumentarán sus emisiones debido al transporte de las mercancías si siempre tienen que pasar por un nodo central.
- Falta de relevo generacional, no solo en empleos agrícolas
En AlmaNatura hemos mencionado en numerosas ocasiones que hay oficios rurales que carecen de relevo generacional.
De hecho, uno de nuestros proyectos ayuda, precisamente, al relevo generacional en granjas lecheras del territorio español.
Sin embargo, según nos comentaba Jara Hernández, esta falta de relevo se aprecia incluso en el sector servicios.
En zonas rurales donde no se ha logrado tejer una red de oportunidades, algunos negocios de hostelería o de comercio que podrían ser rentables y seguros no tienen relevo generacional porque no hay jóvenes que quieran trabajarlos.
Teniendo en cuenta estos retos: ¿cómo puede el empleo reactivar los municipios rurales?
Y viceversa: ¿cómo se puede incentivar el empleo para reactivar municipios rurales?
No todo vale por el empleo
Ante una situación de despoblación como la que enfrenta la España rural es tentador recurrir a soluciones que fomentan el empleo en zonas rurales, bien contando con trabajadores del lugar, bien incentivando a personas de las ciudades para que se muden al pueblo.
En AlmaNatura tenemos claro que no todo vale por incentivar el empleo.
Frente a ciertas prácticas que, si bien es cierto que pueden llevar empleos a una zona rural, también pueden dañarla, apostamos por analizar caso a caso y, siempre, trabajar el empleo en el rural de manera transversal.
De esta forma, y con las pautas que a continuación mencionaremos, se puede crear empleo de manera duradera, que revitalice pueblos de forma sostenida en el tiempo y que dé vida a los pueblos, en lugar de lo contrario.
4 buenas prácticas para incentivar el empleo en el medio rural
Esta es la forma en que AlmaNatura incentiva el empleo en el rural, a través de su propia actividad y de los proyectos que realiza.
Te animamos a seguir estas pautas si trabajas en el rural con una empresa privada o en el gobierno local.
- Visibilizar los retos que acompañan a los pueblos desde hace décadas
Los retos enumerados anteriormente son, en su mayoría, aspectos que no se pueden abordar desde las entidades privadas, ni tampoco desde las corporaciones locales.
Para allanar el camino hacia un medio rural vivo es necesario que todos los agentes trabajemos en la visibilización de esas desigualdades a través de acciones, llamamientos, exposición de problemas y soluciones, etc.
- Fomentar la alfabetización digital en el medio rural
La formación no reglada es una de las herramientas con las que se pueden derribar esas desigualdades de las que hablábamos.
La alfabetización digital, una de las asignaturas pendientes del medio rural, podría mitigarse con acciones formativas para la población en la que existe mayor brecha digital.
- Trabajar la participación social, especialmente con los jóvenes, para cambiar el relato de la vida en el pueblo
“En el pueblo no hay trabajo”.
Así comenzábamos este artículo, porque es el relato con el que crecen los jóvenes de nuestras zonas rurales.
También escuchan que tendrán que irse para estudiar, o para hacer tal o cual cosa, o que si se quedan tendrán que conformarse.
Al estar escuchando esto durante toda su vida se da una suerte de profecía autocumplida, de tal manera que el resultado final es el que llevan esperando toda su vida: se marchan del pueblo.
Además, la mayoría no regresa.
En AlmaNatura sabemos que para incentivar el empleo en las zonas rurales, y para que los jóvenes apuesten por conseguir un empleo en el pueblo, es necesario cambiar el relato.
Aumentando la participación social de los jóvenes dentro de los pueblos se crean vínculos y, cuando eso sucede, los jóvenes se quedan o vuelven, igual que sucede cuando crean vínculos en la ciudad a la que han ido a estudiar.
Es más urgente que nunca cambiar el relato de cómo ven ellos su futuro profesional si se quedan en el pueblo, por medio de espacios de participación social en el municipio.
- Contar con referentes del rural
Por último, es necesario contar con referentes de vida en el medio rural, igual que contamos con ellos en ciertas disciplinas o artes.
Esas personas son ejemplo de que se puede trabajar en el pueblo, ya sea en la agricultura, en el sector industrial o en el de los servicios.
Su presencia e influencia es importante en institutos y centros culturales o de formación, donde puedan interactuar con los jóvenes que serán el relevo de cada pueblo.
Para incentivar el empleo en los pueblos, y para que el empleo nos ayude a crear pueblos vivos, hace falta una conjunción de factores. Algunos de ellos no están en nuestra mano directamente, pero aquí hemos mostrado 4 oportunidades de actuar, mañana mismo, para fomentar el empleo en nuestros municipios rurales.